360 grados

Hamás es el monstruo que Israel ayudó a crear y ahora combate

Hamás.

Hamás.

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

La organización terrorista Hamás es sólo el monstruo que Israel ayudó a crear y que ahora, cuando ha dejado de servir a sus objetivos y se ha vuelto especialmente peligroso, sin piedad combate.

Se trataba en un principio de potenciar a un grupo declaradamente islamista que sirviese de contrapeso a la secular Organización para la Liberación de Palestina, de Yasir Arafat y que provocase por su fanatismo ideológico el rechazo de la opinión pública internacional y por tanto generase mayor simpatía hacia Israel.

En cierto modo recuerda lo sucedido con los muyahidines afganos, a los que tan generosamente financió Estados Unidos en el marco de la llamada ‘Operación Ciclón’ para que combatiesen al Gobierno laico y comunista de Kabul, apoyado entonces por la Unión Soviética.

Que Hamás es al menos en parte una creación de Israel lo han reconocido últimamente a The New York Times el que fue gobernador militar de la franja de Gaza a comienzos de los años ochenta, el general Yitzhak Segev.

Israel ayudó en aquellos años a financiar a ese grupo: «El Gobierno israelí me dio un determinado presupuesto y el gobierno militar entregó ese dinero a las mezquitas», explicó al diario neoyorquino el general jubilado.

También lo admitió Avner Cohen, encargado de asuntos religiosos en la franja de Gaza durante más de dos décadas: «Hamás, para gran pesar mío, una creación de Israel», declaró aquél en 2009 a The Wall Street Journal.

«A mediados de los noventa, explicó Cohen, escribí un informe oficial a mis superiores en el que les advertía del peligro de aquel juego de dividir para mandar en los territorios ocupados, apoyando a los islamistas frente a los laicos. No me escucharon».

Como explica el periodista británico-estadounidense Mehdi Hasan en la revista electrónica The Intercept, los israelíes ayudaron a montar una rama militante del Islam político en forma de Hamás, la cual tenía a su vez como precursores a los Hermanos Musulmanes.

Y más tarde, para intentar acabar con el monstruo que ellos mismos habían creado, se dedicaron a bombardear, sitiar y bloquear a los palestinos de Gaza, que habían votado mayoritariamente a ese partido por considerar que era el único capaz de defenderlos frente a Israel.

Hasta los sangrientos sucesos del pasado fin de semana y sólo en las últimas décadas, recuerda Hasan, Israel llegó a enfrentarse a Hamás en tres ocasiones – 2009, 2012 y 2014- con la muerte de más de 2.500 palestinos como resultado.

A los que hay que sumar ahora los centenares de víctimas de la operación militar decidida por el gobierno de Benjamin Netanyahu en respuesta a los secuestros y asesinatos de ciudadanos israelíes y a la lluvia de misiles lanzados por Hamás desde Gaza contra territorio israelí.

Hoy, cuando políticos y medios de Occidente condenan sin ambages las acciones terroristas de Hamás mientras se abstienen de protestar con igual fuerza contra los bombardeos masivos de Israel o su decisión de dejar sin agua, alimentos y electricidad a los palestinos hacinados en Gaza sin que nadie pueda escapar de allí, hay que recordar la génesis del tan temido grupo islamista.

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