La Bodeguilla

Islas, océanos y mociones de censura

En el mapa de los ayuntamientos quedaron resquicios que son moldeables, incluso modificables, y en esas andan los ‘fontaneros de las siglas’ con afiladas intenciones y la paciencia de un alfarero

La nueva alcaldesa del PP en Mijas, Ana Carmen Mata, es jaleada por la presidenta provincial, Patricia Navarro, y el dirigente nacional Elías Bendodo en un acto de los populares, celebrado tras la moción de censura que desbancó al PSOE.

La nueva alcaldesa del PP en Mijas, Ana Carmen Mata, es jaleada por la presidenta provincial, Patricia Navarro, y el dirigente nacional Elías Bendodo en un acto de los populares, celebrado tras la moción de censura que desbancó al PSOE. / Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Aunque estos días subyace soterrada por la tensión política nacional, la confrontación desatada tras el 28M en la provincia malagueña no se concede una tregua. En el mapa de los ayuntamientos quedaron resquicios que son moldeables, incluso modificables, y en esas andan los ‘fontaneros de las siglas’ con afiladas intenciones y la paciencia de un alfarero. Sin ir más lejos, ese clima crispado de la amnistía se mezcla en un cóctel con los últimos acontecimientos locales y el resultado invita a cualquier cosa menos a dejar el poder como se había quedado. Aún colean las heridas abiertas por la moción de censura que le arrebató al PSOE la única ciudad grande en la que gobernaba. Y, de hecho, el PP se está encargando de meter el dedo en la llaga para que así sea, tras abrirle la puerta a Vox en Mijas y ponerle al mercenario Juan Carlos Maldonado la misma bandeja de plata que, todo sea dicho, le venían sujetando los socialistas. Con su jugada redonda ya culminada, los populares están jugando a ir de sobrados, y hasta se jactan de destruir islas ajenas para ensanchar el océano de poder casi infinito que les deparó las elecciones municipales en Málaga. Y frente a estos ataques de imperialismo oportunista, al PSOE y a la izquierda alternativa no les queda otra que insinuar la amenaza de otras mociones de censura en la dirección inversa.

Eso sí, la venganza pasa por otros territorios. El litoral ha sido blindado con un ejército de gaviotas. Y de recordarlo se encargó, por ejemplo, el propio Elías Bendodo cuando proclamó al hilo del cambio en Mijas que «el PSOE de Málaga ya no gobierna en ningún municipio de la Costa del Sol, en ninguno de los 180 kilómetros que separan Nerja y Manilva». Y, bajo la misma cantinela de que el 90% de los malagueños tiene un alcalde o alcaldesa del PP, la presidenta provincial del partido, Patricia Navarro, también se abonó a la agresividad y coqueteó con esa frontera en la que se le empieza a faltar el respeto al adversario: «Por fin no hay islas en la Costa del Sol: ya es de un extremo a otro un océano de oportunidades, de progreso y bienestar para todos los ciudadanos», llegó a enfatizar Navarro bajo la euforia.

Acuerdos entre el PSOE e IU

El territorio que, sobre todo, se presta a ser explorado para erosionar los dominios populares es la comarca de Antequera. La semana pasada la visitó la nueva coordinadora provincial de IU, Toni Morillas, abierta a buscar con el PSOE algunos de los acuerdos no alcanzados tras el 28M, y que le facilitaron la alcaldía al PP en feudos tradicionalmente rojos como Archidona y Humilladero. Ya ha existido, sin grandes avances, el primer contacto de rigor entre Morillas y el líder socialista, Dani Pérez. Es mas, la dirección provincial del PSOE no esconde que cuenta con una estrategia propia y avisa de que «puede haber cambios en algunas alcaldías que el PP tiene cogidas con pinzas». A su vez, se le manda a IU el recado de que «más que de restarle terreno al PP, se trata de formar gobiernos progresistas y eso no fue lo que pasó en la Mancomunidad de la Sierra de las Nieves».

Los socialistas no han olvidado la jugada con la que IU se prestó a quitarle la presidencia del ente con los votos del PP y la única explicación que le encuentran es «el ansia de liderazgo» de los representantes locales de la coalición de izquierda. En cambio, IU culpa al PSOE de lo sucedido y hasta su nueva ‘jefa’, Toni Morillas, sostiene en alusión a los socialistas que «deben ser otros los que ofrezcan explicaciones» y aclaren por qué no hubo pacto progresista.

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