Opinión | El rincón del asesor financiero

La inflación y sus relaciones

Una clientea compra en el mercado de Atarazanas, en Málaga capital.

Una clientea compra en el mercado de Atarazanas, en Málaga capital. / Álex Zea

Todos estamos más o menos familiarizados con el término inflación. Lo escuchamos a diario y sabemos que está relacionado con la pérdida de poder adquisitivo de nuestro dinero a consecuencia de un incremento generalizado de los precios. Técnicamente, la inflación es un «desequilibrio del mercado originado por un incremento de la demanda en general no acompañado por un incremento paralelo de la oferta» (José María Solozábal). Como indica el profesor «es la enfermedad que corroe el valor del dinero».

Las épocas de elevada inflación favorecen a las personas que tienen deudas a su cargo porque el valor de la deuda es menor en términos reales y perjudican a los ahorradores porque ven como su dinero pierde poder adquisitivo. Relacionados con la inflación, existen otros términos que, si bien no suelen escucharse con tanta frecuencia, son igual de importantes para nuestra economía y cuyo concepto quizás no tengamos tan claro. De forma clara y concisa haremos un repaso por estos.

Deflación

La deflación consiste en una bajada generalizada y sostenida de los precios de bienes y servicios. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), esta caída se debe mantener al menos durante dos semestres consecutivos para que se pueda considerar deflación.

La deflación es un fenómeno que aparece en periodos de crisis, como la vivida en 2008, y se produce por una caída del gasto de las familias, del gasto público y de la reducción de las inversiones que trae como consecuencia un desequilibrio entre la oferta y la demanda, provocando que la demanda sea menor que la oferta. 

Ante la caída de la demanda, las empresas tienen que rebajar sus precios para dar salida a sus productos, lo que supone que en muchos casos lleguen a tener incluso un margen de explotación negativo. Caer en esto, lleva a muchas empresas a la quiebra, con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo. Al destruirse empleo sigue cayendo la demanda que obliga a que las empresas sigan rebajando precios y costes, lo que provoca un peligroso circulo vicioso de difícil salida.

Estanflación

El término estanflación es la unión de estancamiento e inflación y solo con esto ya nos podemos hacer una idea de la gravedad.

En general es una situación que se produce cuando un periodo de inflación se simultánea con un periodo de estancamiento económico. Si en un escenario de alta inflación se da además una situación de recesión (se considera recesión si el PIB decrece durante dos trimestres consecutivos) la consecuencia es la estanflación y es considerada como una de las peores situaciones desde el punto de vista de la política económica por la dificultad que supone su corrección.

Reduflación

El término reduflación hace referencia a una disminución del tamaño o cantidad de los productos o servicios que adquirimos sin que se produzca una disminución en el precio. Es habitual encontrarnos con aumentos de precios; sin embargo no somos tan conscientes cuando compramos un determinado producto y, sin haber subido de precio, ofrece menos cantidad.

Si habitualmente adquirimos un determinado producto y el fabricante reduce el contenido manteniendo el mismo precio, es probable que pase más desapercibido que una subida de precio. Es una práctica legal, siempre que las indicaciones del envase sean correctas y por tanto depende únicamente de la observación del consumidor. Ocurre no solo en productos, sino también en servicios que son medidos en tiempo.

Contar con la ayuda de un asesor financiero acreditado por EFPA puede ayudar a suavizar el impacto de la inflación en sus inversiones.

* José Antonio Pérez Muriel es delegado territorial de EFPA España en Andalucía Oriental