Opinión

Cartas al director

NO HAGAMOS DEMAGOGIA CON EL TABACO

Todo el mundo sabe que el tabaquismo es el principal problema de salud pública que tenemos en España. Todos somos en alguna medida imitadores. La mayoría de fumadores empiezan en la adolescencia, imitando a otros. En este sentido, tiene un efecto demoledor que los adolescentes, cuando pasean por la calle o están en una terraza, vean todos los días montones de gente fumando en lugares públicos. No educa lo que decimos. Educa lo que hacemos. Son los primeros perjudicados por la actual permisividad con el tabaco. Las campañas de concienciación sirven de poco cuando nos ven hacer lo contrario de lo que decimos.   Otros grandes perjudicados somos el ochenta por ciento de personas que no fumamos, ya que se nos expulsa de hecho de lugares públicos que, por pura lógica, deberán estar libres de humos. La libertad de una persona termina donde empieza la del otro. Es prácticamente imposible tomarse algo en la terraza de una bar sin estar fumando de modo forzado el tabaco del que se sentó en la mesa de al lado. Aunque no todos, la mayoría de fumadores son absolutamente desconsiderados con las personas que no fumamos. Aquí aparece la figura del hostelero estándar, el que anuncia el fin de la hostelería cada vez que se propone alguna medida que afecta a su actividad. Los bares y restaurantes están y estarán llenos a rebosar con o sin tabaco, de lo cual por supuesto yo me alegro, lo que pasa es que mucha de esta gente se acostumbró al lloriqueo constante.   Por último están los políticos, los que toman las decisiones. Deberían escuchar a todos y tomar las decisiones, que benefician a la mayoría, dentro de la cual, en este caso, estarían incluso los propios fumadores. No sean demagogos, no sean polulistas. A la gente hay que decirle la verdad aunque no le guste. No lo que quieren oír. Cuando vas al médico y tienes un cáncer, no te dice que tienes un catarro.

Cesáreo Lorenzo Rodríguez. Málaga