Magna de Málaga

Esperanza de siempre, Esperanza nuestra

Como si fuera Jueves Santo, la basílica de la archicofradía ha recibido a miles de personas para verla partir hacia la Magna

José Antonio Sau

José Antonio Sau

La Reina del Romero. La Esperanza del Perchel. La flor del Jueves Santo. La dolorosa no necesita innovación alguna aunque la ocasión lo mereciese, porque ella misma brilla por sí. Miles de personas han acudido esta tarde, al filo de las seis, a la basílica para ver partir a la Virgen de la Esperanza y las sensaciones han sido las de siempre, una Virgen y una cofradía que se dan a Málaga desde hace décadas, como siempre fue.

Pocas innovaciones, decimos, presenta la Virgen, que en su sencillez tiene sus mayores atributos. Lleva una corona distinta a la habitual y otros elementos de su ajuar que no porta el Jueves Santo. Se trata de la corona de Juan Casielles, no la de su coronación. Además, viste la saya de Elena Caro y la toca de la misma autora. Los hombres de trono visten túnica de color verde (suele ser blanca con faraona verde) para conmemorar esta salida extraordinaria por el centenario de la Agrupación.

Procesión Magna de Málaga | Salida de la Esperanza

José Antonio Sau

La expectación ha sido grande y los murmullos y rumores sobre cómo luciría la dolorosa han sido la tónica habitual de las conversaciones, muchas de ellas con acentos de todo el país. Asimismo, el trono lleva sus antiguas bambalinas. La Banda de Música de la archicofradía acompaña a la dolorosa, que ha salido con el Himno Nacional y luego ha sonado su marcha ‘Himno de Coronación’, que creara Perfecto Artola, añorado y querido maestro. Los aplausos han comenzado cuando se han abierto las puertas del salón de tronos y luego ya han sido continuos durante el inicio del discurrir, lo que da idea de la devoción que levanta la imagen. Desde antes de salir, cuando se escuchaban las llamadas de campana para los hombres de trono, se apagaba el murmullo con estos toques, pero luego la expectación volvía a crecer. Esperanza de siempre, Esperanza nuestra, también en la Magna.

Al abrirse las puertas, gritos de guapa y vivas mientras sonaban las campanillas nazarenas. Ha dado la curva para embocar el puente de la Esperanza aún con su Himno de Coronación, a cuyo final se han desbordado las emociones en forma de aplausos y lágrimas. Es Málaga en estado puro. En la carretera, a los pies de la dolorosa, romero.