Dulce Nombre: Jesús de la Soledad, al que no se le puede negar el cielo

Ellos son testigos. El bebé que está abrazado (o enganchado) al cuello de su padre, que es su refugio, los que, aunque estén a pleno sol, no se quitan la americana porque es Domingo de Ramos, la que sube las persianas y se asoma tímida para intentar fotografiar aquello que, donde vive, resultaría una locura. 

También son testigos, como no podía ser de otra forma, San Ciriaco y Santa Paula, con asiento de primera fila. Desde el final de calle Comedias, y con un recorrido que empezó a las dos y cuarto de la tarde, el cortejo procesional de Dulce Nombre encara las proximidades de la Plaza de los Mártires con el orgullo de su barriada y la experiencia ganada, a pulso, desde que en 2003 salieran por primera vez por las calles del centro. 

Directo I Procesiones del Domingo de Ramos en Málaga

Hermandad del Dulce Nombre | Domingo de Ramos 2023

Jesús de la Soledad, Negaciones y Lágrimas De San Pedro. Es una de esas escenas que introducen de lleno en una historia del pasado con toques de presente. Al Dulce Nombre no se le puede negar el cielo. Las imágenes de ‘buenos’ y ‘malos’ sobre un trono de madera, sin baño de oro ni plata, porque tampoco lo necesita para ser significativo. Una persona acusada, muchos que lo señalan y el que le deja en la estocada. “En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces”. Esa escena se repite una y otra vez, con la melodía embriagadora de la Agrupación Musical Virgen de la Oliva. 

Llega el momento. Con devotos a un lado y otro de las inmediaciones de calle Santa Lucía, las mujeres y los hombres de trono de Capuchinos encaran con respeto la curva desde Comedias. Con unos rayos del sol que tampoco querían perderse su cortejo, es el momento: “Lo vamos a bordar”. 

Unas flores rojas y burdeos que rodean el cajón del trono son apenas lo último que se ve al desaparecer hacia el recorrido oficial, dejando a la derecha a lo patronos de Málaga. Todavía le quedaba el turno a Ella. Ese reconocible manto azul que ya ayer se intuía por entre las puertas del tinglado, junto a la parroquia de la Divina Pastora, ahora brilla por las calles. La ilusión de la juventud y la confianza de los más experimentados… y, por supuesto, el encanto de una mirada de la que no puedes apartar los ojos. Los últimos acordes de la marcha de la banda de la Virgen de la Trinidad y aplausos, muchos. 

“Hoy es el día más bonito del año”, se puede leer en algunos tweets. Afirmar algo así puede ser un sinsentido pero desde luego existe mucha belleza en una jornada en la que hace sol, el cielo está despejado, que sabe a granizada o a helado de carapino y que se siente como una hoja de palma.