Domingo de Ramos
Humildad y buen hacer
La cofradía victoriana lleva años recuperando las virtudes que la convirtió en los Servitas blancos
Las crisis son inevitables. Cómo las afrontes pueden cambiar la deriva de cualquiera. Hace ya más de veinte años, la Humildad dejó de ser reconocida como los 'Servitas blancos'. A partir de ese momento se ha ido trabajando sin descanso, sin ruido, la hermandad ha ido recuperando su esencia original, al tiempo que crecía de forma exponencial.
Esta cofradía no tiene límites. A la renovación de su grupo escultórico, acorde con la enorme obra de Buiza en el Señor y con una mayor riqueza expresiva, se le unió el trono y ajustes en los nazarenos, que vuelven a ser largas filas blancas de sobrios penitentes que hacen honor a su sobrenombre de ‘Servitas blancos’.
La Humildad se ha ganado, a base de buen hacer y trabajo, el reconocimiento del público. Y este Domingo de Ramos se pudo comprobar en un recorrido en el que recibió el calor de los aplausos y del numeroso público congregado en todo el recorrido.
Incluso en una zona compleja como es el Altozano y Cruz Verde, a una hora en la que hay muchas salidas en marcha y las procesiones vuelven al recorrido oficial. Vecinos del barrio, cofrades y capillitas de libro, familias de nazarenos y portadores o buscadores de fotos procesionales. Mucha variedad para una cofradía que ha sabido crear su público.
Tanto es el cuidado que tiene esta cofradía por hacer bien las cosas que la música no se queda atrás. La Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza y la Banda de Música Eloy García dan muestra de que se busca lo mejor. ¡Cómo suena ambas formaciones! Cada una a su estilo, pero con un nivel excepcional.
La marcha 'Costaleros de la Exaltación' para la maniobra de salida de la Cruz Verde y entrada en Peña fue la mejor ayuda para los capataces, que veían como la marcha de La Esperanza llevaba a los portadores y solo tenían que dar pequeñas indicaciones. Algo así ocurrió con ‘Humildad’ para entrar en la Puerta de Buenaventura. Una gran marcha que hizo aún más grande al trono.
Detrás iba la Virgen de la Merced, con su trono de plata brillando con el sol de la tarde. No en vano, los hermanos han pasado horas puliendo las piezas de plata en la calle Agua. La Unión Musical Eloy García llevaba 'Saeta sevillana' con una suave armonía que acompasaba el trono, que entró suave en la calle Peña.
Tras el subir y bajar cuestas del primer tramo del recorrido, el trono entró en el centro en medio de una gran expectación.
Humildad no es una más. Es esperada. Siempre dando la nota… correcta.
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