Un fichaje redondo. El Unicaja, al contratar a mi compatriota Mindaugas Kuzminskas, se hace con uno de esos aleros altos que escasean en la Euroliga y que esta temporada ha explotado junto a Joan Plaza, que volverá a dirigirle en Málaga. Kuzminskas es un «tres» que puede marcar diferencias gracias a su gran físico y su capacidad de salto. Es ese alero alto que puede parar perfectamente a jugadores del estilo de Pete Mickeal -ojalá que regrese al baloncesto tras su enfermedad- y a esa clase de aleros como Jonas Maciulis o Kostas Papanikolaou. Es un «tres» moderno, que no tendrá problemas para frenar a un «cuatro» tirador de los que ahora tanto abundan y que también incluso puede actuar como escolta, gracias a su habilidad con el balón y su rapidez de piernas. Mide 2,05 metros y tiene unos brazos muy largos. Puede actuar en tres posiciones y defender a jugadores más grandes y más pequeños.

En Lituania, desde que fichó por el Zalgiris en 2010, se le ha considerado el jugador con mayor proyección y futuro del baloncesto de mi país. Sin embargo no acababa de explotar, hasta que ha dado un paso al frente en el final de esta temporada. Ha sido el MVP de la Liga lituana, algo que allí se valora mucho, y ha cambiado incluso de mentalidad. Es el líder natural de su generación y ahora llega a Málaga para ser un jugador muy importante en el Unicaja. Su mejor aval es Plaza, pues con él ha explotado virtudes que a él no se le vislumbraban. Kuzminskas siempre ha tenido mucho talento, pero no creíamos que pudiera ser un gran defensor , por ejemplo Sin embargo, en el Zalgiris lo ha conseguido gracias al nuevo técnico del Unicaja. Y eso es algo muy importante.

Una posición «coja» Viene a reforzar una posición en la que el Unicaja ha tenido problemas esta temporada. Lo ha intentado suplir con la garra de Zoran Dragic, pero a la hora de la verdad se nos han escapado por ahí muchas opciones. Kuzminskas asegurará muchos rebotes, podrá postear y sacar ventajas para sus compañeros y también abrirse para tirar o machacar el aro rival gracias a su gran físico. De él me ha llamado la atención especialmente que hace mucho trabajo sucio para beneficiar a sus compañeros, algo que no se ve a simple vista, pero que es vital para el equipo.

Había hablado con él varias veces en Lituania y ayer en Los Guindos tuve la oportunidad de charlar con él un buen rato. Es un chico muy humilde, que quiere trabajar duro y progresar, y que seguro que le vendrá bien tenernos aquí en Málaga a mi hermano Domas y a mí. Claro que va a necesitar un periodo lógico de adaptación. Es normal. Llega a un país nuevo, a un lugar muy diferente y a un baloncesto con una Liga muy dura. Nosotros vamos a ayudarle para que sea uno más y se integre. Seguro que le tendremos en casa comiendo en más de una ocasión durante esta nueva temporada.