«El Valencia podría empezar la Liga mañana mismo y a nosotros aún nos quedan, como poco, tres semanas». Las palabras de Joan Plaza resumen bien el partido de anoche en Vélez, el estreno del IV Torneo Costa del Sol que organiza la Diputación y que reúne a Unicaja, Valencia y Real Madrid. El debut de la pretemporada desveló a un Unicaja más verde que su propia camiseta. Un plantel con sólo seis profesionales más Maodo Nguirane y en la que un «niño» del Clínicas, Alfonso Sánchez, fue de lo mejor del equipo. Sin un solo triple que echarse a la boca en todo el partido, con 27 pérdidas y la diferencia sideral de una plantilla como la del Valencia, muy rodada ya, con dos partidos en sus piernas, 10 profesionales y siete jugadores de la pasada temporada más el prometedor Vives, el jugón Buycks y el balcánico Loncar, fue una lucha contra los elementos.

Perder por 29 puntos no gusta ni jugando a los videojuegos. Pero eso es lo que hay. Ésa es la diferencia real que existe a día de hoy entre los dos equipos. El Unicaja y el Valencia viven en dos mundos opuestos. No pasa nada. Falta casi un mes. Y Plaza tuvo que tirar de cantera e hizo debutar hasta a cuatro chavales del Clínicas: Morayo Soluade, Romaric, «Guti» y Karahodzic. Además de a sus tres nuevos, todos interiores: Caleb Green, Will Thomas y Vlade Golubovic. Emitir un juicio de ellos sería tan imprudente como desaconsejable. La hemeroteca juega malas pasadas y los tres acaban de llegar, más aún los americanos, que desconocen la ACB. Ya saben cómo se las gastan aquí. A Green se le vio voluntad y exceso de euforia. Corrió y tuvo unos destellos. Thomas no dejó nada que llevarse al paladar. Esperemos.

El estreno no fue como la afición hubiese querido. Más de 1.000 personas abarrotaron el pabellón de Vélez y sólo vieron a su equipo por delante dos minutos. El 2-0 de Toolson y hasta el 5-2, con canasta de Green. A partir de ahí, monólogo levantino. Cuando Plaza rotó y dejó al equipo sin Granger en pista, el equipo sufrió mucho. Lucic se aprovechó de Romaric y los triples comenzaron a marcar diferencias. Y así hasta el final. Rentas que crecieron hasta los 15 puntos (10-25) y subieron de los 20 tras una técnica a Granger: 21-43.

Del Unicaja sólo Granger mantuvo el nivel y por dentro Golubovic tuvo detalles interesantes. Preocupante fue la forma de Toolson, realmente exhausto y sin ideas correctas. Y la gratísima noticia de la vuelta al básket de Alfonso Sánchez. El canterano de 27 años, que estuvo en blanco el pasado curso, salio a pista a 3:27 del final del primer cuarto y tuvo arrestos, agresividad y buenos detalles.

La losa del triple fue tremenda. 0 puntos para el Unicaja y 48 para el Valencia. 0% con 0/9 para los verdes y el 53% con 16/30 para los taronja. Demasiada tara. Imposible competir de esta forma. Los 29 puntos de diferencia (63-92) dejan claro que falta trabajo, que el equipo necesita que lleguen sus internacionales y que la concentración de Benahavís, ya con todo el plantel, se antoja clave. Y mañana, el Madrid.