Verde. El color especial que tuvo ayer Sevilla fue el verde del Unicaja. Más de 300 aficionados del equipo malagueño participaron en un día intenso y maravilloso, al que sólo le faltó el final feliz del triunfo. El Unicaja no acompañó en la pista y no brindó una victoria más que merecida para los seguidores que protagonizaron, después de tanto tiempo, una nueva «excursión» masiva para ir a ver y animar al equipo de sus amores. Desde temprano, pasadas las 10.30 horas, salieron desde el Martín Carpena los cuatro autobuses que fletó la peña «Fondo Verde» junto al propio club. Un mismo sentimiento de pasión y amor a unos colores que, en vehículos particulares, otro buen número de seguidores emprendió por carretera.

En Sevilla luego hubo «almuerzo libre». Hasta alguna camiseta del Unicaja se vio por la Feria de Abril, que da sus últimos coletazos. Y desde dos horas antes del encuentro, los hinchas malagueños ya estaban por los aledaños de San Pablo. En todo momento, lección de civismo con la afición rival, pero no enemiga. En el pabellón, continuos gritos de ánimo que sólo cesaron en la recta final, ante la mala imagen del equipo. Tras el partido, cabizbajos y tristes, aún hubo ánimos para pedir fotos y firmas a los jugadores. Ojalá que esta llama siga alumbrando con fuerza.