El vestuario es ese lugar vetado para el espectador, para el gran público. Poco a poco se van rompiendo tabúes. Las cámaras acceden cuando hay una celebración por un título, y la Euroliga instauró hace un par de temporada la obligatoriedad de atender a los medios tras los encuentros. Pero más allá de eso, el vestuario está totalmente cerrado a cal y canto. La Opinión accedió al vestuario que utilizó el FC Barcelona en el Martín Carpena en su victoria ante el Unicaja de este domingo.

La sala, en el interior del Palacio, está acotada únicamente a personal del club autorizado, árbitros, jugadores, técnicos y personal sanitario. El pasillo conduce a la bocana de vestuarios, donde los jugadores salen al parqué. El vestuario que utilizó el Barça de Xavi Pascual es muy "normal". Tiene tres zonas diferenciadas: la de las taquillas, la de duchas y aseos y otra con camillas para tratar a los jugadores.

Tras la "batalla", todo queda tirado en el suelo. El champú de las duchas aún está reciente, y en el tablón aún están dibujadas las jugadas que ha plasmado antes del partido o en el descanso el técnico blaugrana. En la zona de taquillas, por el suelo hay vendas, alguna toalla y muchas botellas de bebida isotónica, algunas usadas y otras aún por estrenar. Es el resultado del paso de los 12 jugadores culés, que esta vez salieron victoriosos del Palacio de los Deportes. La próxima vez será otra historia.