Pablo es un niño malagueño de siete años. Hasta aquí, todo normal. Pero Pablo es un niño especial. Sufre cáncer. Y el pasado sábado visitó al Unicaja, tras la victoria ante el Alba de Berlín, para ser agasajado por toda la plantilla y cumplir uno de sus sueños. Los padres de padre lo están pasando mal, necesitan recursos económicos. Hace unos días, cientos de vecinos en la Cala del Moral salieron a la calle para reclamar ayudas. Y el Unicaja ha querido regalarle un rato irrepetible, junto a toda la plantilla y Joan Plaza. Un regalo que el pequeño Pablo jamás olvidará.