El Unicaja de Joan Plaza, ese equipo que fue incapaz de jugar bien dos partidos seguidos durante cinco meses, al que la Copa del Rey le duró 40 minutos ante el peor FC Barcelona de los últimos 30 años y que regresó de Múnich del primer partido de cuartos de final de esta misma Eurocup, hace un par de semanas, con una derrota que parecía el principio de su fin continental, tiene esta noche 40 minutos por delante para clasificarse para una final europea, 16 años después de su éxito en la Copa Korac 2000/2001.

Nadie podía haber imaginado hace solo un par de semanas este escenario que se presenta hoy en el Carpena, pero así es el deporte. Una maravillosa locura que te hace llorar y/o reír en una catarata de sentimientos sin tiempo casi para entender qué y por qué está pasando lo que está pasando.

Cualquier calificativo hoy se queda corto ante lo que está por venir desde las 20.45 horas. Estamos ante un día para la historia. Este 17 de marzo de 2017, el Unicaja se cita con la gloria. Por delante hay 40 minutos para ganar al Lokomotiv Kuban ruso, firmar el 0-2 en la serie de semifinales con desventaja de campo y asegurar el billete para el play off final, en el que esperará el Hapoel Jerusalén o en Valencia Basket -por ahora la ventaja es de 1-0 para los taronjas, que este mediodía juegan en Israel-.

Que nadie se espere un partido cómodo ni un rival tan fallón como el «Loko» que vimos el martes. Creo firmemente que el Unicaja es hoy favorito porque la dinámica del equipo invita a pensar en positivo y porque además juega en casa, lo que siempre es un plus. Pero el Lokomotiv Kuban es mucho mejor equipo de lo que mostró el otro día en Krasnodar. Los rusos saben que jugaron rematadamente mal, que su perímetro estuvo a años luz de sus prestaciones habituales y que si esta noche mejoran eso y defienden un poco más, tendrán opciones de buscar equilibrar la serie y provocar un desempate en su Sports Hall, el miércoles que viene.

Será un partido duro. Seguro. Con muchísima tensión en la pista, en la banda y en la grada. Saber gestionar las emociones se antoja una de las claves para que esta noche la fiesta sea apoteósica y acabe con final feliz. Porque perder hoy y tener que volver al fin del mundo a jugártela a un cara o cruz... Bueno, mejor ni pensarlo.

El Unicaja afronta el partido en plena racha. Son ya cinco partidos seguidos ganados, tras la derrota ante el Bayern del inicio de los cuartos de final. La mejor racha de la temporada, superando los cuatro que había ganado recién iniciada la temporada, allá por el mes de octubre. La dinámica es buena y hay que aprovecharla.

La peor noticia de estas horas previas es la lesión de Musli. El pívot serbio verá el partido sentado en el banquillo por culpa de un esguince de tobillo de grado 2 que se hizo el martes en Rusia, que le impidió participar del triunfo los últimos 15 minutos del partido y que le deja fuera de combate para la cita de esta noche. Una faena gorda para él y también para su entrenador, que deberá buscar en su pizarra la mejor opción posible en cada momento entre Alen Omic -su sustituto natural-, Viny Okouo -la última rotación interior del equipo- o Carlos Suárez -el chico para todo de esta plantilla-.

Porque sí, si la mala noticia es que Dejan Musli no va a jugar, la buena es que el capitán sí será hoy uno más en la rotación, tras superar los problemas gástricos que le impidieron disputar un solo segundo el pasado martes en la cancha del «Loko». Una gran ayuda para Plaza y para el equipo porque me da que su veteranía y saber estar -el número 1 de la plantilla en estos dos aspectos- puede ser hoy otra de las claves ante un rival que va a apretar en busca del 1-1.

La otra gran noticia es que el Carpena será un verdadero infierno verde esta noche. No hay entradas desde el miércoles. Las casi 11.000 localidades del coliseo cajista se quedan hoy pequeñas ¡¡¡por fin!!! para degustar un partido de otra época. La «marea verde» ha demostrado históricamente que es una de las aficiones que más ayuda a su equipo de toda Europa. Hay decenas de ejemplos de victorias en Málaga ante equipos con plantillas muy superiores en recursos humanos y económicos, como Real Madrid, Barcelona, Fenerbahce, Montepaschi Siena, Olympiacos, CSKA fraguadas gracias al aliento extremo de la afición verde.

La cuenta atrás está en marcha. A las 20.45 horas empieza el lío. Muchos aficionados llevan 10 años esperando este día. Son los que estuvieron en aquella semifinal de Liga ACB de 2006 contra el Joventut de Aíto y Archibald en la que Dani Santiago perdió más de un par de gafas a base de mamporros. Son los que también estuvieron aquella noche inolvidable de 2007 previa a la Final Four de Atenas, en el partido del triple de Pepe Sánchez. Son los que estos últimos años les han contado a sus hijos que hubo un tiempo pasado en el que el Unicaja jugaba finales y hasta las ganaba. Alguno, más de uno, llegó a pensar, seguro, que no volvería a vivir un momento mágico como el que el equipo pretende regalarles a ellos y a sus hijos esta noche a eso de las 22.30 horas. ¡Qué emoción! ¡Qué recuerdos! ¡Qué partidazo tenemos por delante!