Los focos sólo apuntaban a los jugadores del Unicaja, a las verdaderas estrellas del pase a la gran final de la Eurocup. Pero la celebración fue conjunta, como un equipo. Tras celebrar sobre la pista el final del partido contra el Lokomotiv, los jugadores se marcharon a vestuarios, aunque no tardaron en regresar para seguir festejando el pase a la final.

Por el camino, reparto de abrazos y felicitaciones. El presidente Eduardo García a la cabeza abrazaba y felicitaba a los jugadores, pero también se dejaban ver entre las entrañas del Carpena a Carlos Jiménez, Manolo Rubia, Ramón García o Manolo Rincón.