El peaje de llegar por primera vez a Europa suele ser alto. Hay cientos de casos de americanos que, en su debut lejos de la NBA o de la Liga de Desarrollo, fracasan. Les cuesta jugar a un baloncesto diferente, mucho más táctico, menos alocado, más encorsetado y, definitivamente, muy diferente al que se juega al otro lado del «charco». Siempre hay casos que se encargan de desmontar la teoría. Sin ir más lejos, el base ex del Baskonia Shane Larkin nos hizo alucinar a todos con su control del juego, sus lanzamientos y sus penetraciones el pasado curso. Al fin y al cabo, esto es baloncesto.

Hay dos jugadores en la Liga Endesa que llevan vidas paralelas. Ambos acaban de aterrizar en España, jamás habían tenido una aventura lejos de EEUU, acumulan más de un centenar de partidos en la NBA y están sufriendo en primera persona estos graves problemas de adaptación. Los dos, además, bien pudieron haber cruzado sus destinos este pasado verano. Porque FC Barcelona, Unicaja y Baskonia «tocaron» a ambos. Finalmente, Ray McCallum fichó por el Unicaja y, unos días antes, Phil Pressey lo hizo por el FC Barcelona. El propio club de Los Guindos tuvo sobre la mesa su contratación, después de que Bryce Cotton se decantara por los Perth Wildcats. Pero Plaza no lo vio claro y el base fichó por el club culé.

Diestro, de raza negra, Pressey, de 1,80 metros, tiene ya 26 años y esta pasada temporada militó en el equipo de los Warriors de la Liga de Desarrollo. De hecho, fue cortado por los campeones de la NBA tras media pretemporada, y en la D-League promedió 18 puntos, 8,1 asistencias, 5,3 rebotes y 13,1 de valoración. Al igual que McCallum, el texano Pressey también ha vivido una larga experiencia en la NBA. Ha jugado en Boston Celtics (de 2013 a 2015) y en Philadelphia (2015/16) un total de 139 encuentros en la NBA. Y, al igual que el base cajista, Pressey tampoco había jugado nunca fuera del baloncesto estadounidense.

Llevan, como hemos dicho, vidas paralelas. McCallum también es hijo de un exjugador de la NBA. Su padre jugó en la mejor Liga del mundo y ahora es entrenador asistente en la Universidad de Georgia Tech. El padre de Pressey no necesita ni siquiera presentación: Paul Pressey fue un mítico de la década de los 80 de la NBA e incluso fue nombrado dos veces en el mejor quinteto defensivo.

McCallum fue elegido en el puesto 36 de la 2ª ronda del draft NBA 2013 por Sacramento Kings, ha vestido la camiseta de la franquicia californiana, la de San Antonio Spurs y la de Memphis Grizzlies. De hecho acumula más de un centenar de partidos, como el base del Barça, en la NBA. Ray suma la importante cifra de 154 encuentros de experiencia en la NBA: Kings (113), Spurs (31) y Memphis (10). Nacido en Detroit, el 12 de junio de 1991, la pasada temporada jugó 43 partidos en la D-League con los Grand Rapids Drive con los que firmó tres «triples-dobles» y muy buenas estadísticas globales: 17,6 puntos, 7 asistencias, 5,8 rebotes y 2,2 robos.

Los números de uno y otro son calcados. Ambos han tenido una buena carrera en la NBA a pesar de ser aún jóvenes, son bases de raza negra, a ambos les gusta jugar a campo abierto, son mejores penetradores que tiradores y acaban de llegar a la ACB por primera vez tras desarrollar toda su carrera en América. Y ambos, también, están muy por debajo de las expectativas. En los mentideros del FC Barcelona se habla, hace ya varias semanas, que el club, donde el malagueño Nacho Rodríguez es ahora manager general de la sección de básket, busca un base en el mercado. Y eso que tiene a un «tal» Tyrese Rice cobrando dos millones de euros y sin jugar, porque no cuenta para Sito Alonso.

El discutido entrenador catalán no está sabiendo explotar los recursos de Pressey: 14:47 minutos, 5 puntos, 2,5 asistencias y 5,8 de valoración, con un 25% en triples. Igual que Joan Plaza, que también es de la escuela del Joventut, como Sito, no está logrando maximizar las habilidades de McCallum: 22:28 minutos, 9,3 puntos, 2,5 asistencias y 7,7 de valoración, con el 28% desde la línea de tres. Los dos están cabizbajos. Lejos de su nivel. Mañana sus vidas paralelas se cruzarán en el Palau Blaugrana.