El UnicajaTras ir ganando todo el partido y entrar en los dos últimos minutos con 60-66 arriba, un parcial de 8-0, rematado por el americano Gill con un palmeo tras un triple desesperado de Shevd, sobre la bocina, arrojó al Unicaja por el precipicio. No mereció el Unicaja ese desenlace, tras un gran partido defensivo, muy sólido, pero que no supo rematar, como es tónica común desgraciadamente durante toda esta temporada.

El Unicaja se aleja, ya casi de forma definitiva, de la octava plaza de la Euroliga y del soñado Top 8. Había que ganar sí o sí ante el Khimki y aunque el triunfo estuvo muy cerca en Moscú, el Unicaja no supo jugar sus cartas, sin los lesionados Nedovic y Brooks, y cayó por 68-66.

El Unicaja puso a prueba a la perfección el plan que más le convenía desde el salto inicial. Jugarte un partido con el Khimki a intercambiar canastas y anotar muchos puntos era una locura. Y más en la pista moscovita. Así que el equipo malagueño agachó el culo y defendió a la perfección. Tanto, que el Khimki tardó en anotar sus primero puntos tres minutos y medio. El problema es que el Unicaja tampoco anduvo muy fino ante el aro rival. Las bajas de Nedovic y Brooks pesaban. Salin trató de encontrar el aro del Khimki desde el arco de 6,75 metros, pero tuvo dificultades. McCallum penetró y el equipo se aferró a su capacidad defensiva.

Shevd trataba de imponer su calidad, pero Milosavljevic se agarró a él en defensa. No hubo otras caras en el Khimki. De hecho, el Unicaja se fue al final del primer cuarto ganando por un exiguo 9-11 y los 9 puntos de los rusos eran de su gran estrella. Ni una canasta de ningún otro compañero. Una pena que los cajistas no pudieran sacar más rédito a su gran trabajo atrás. Pero las ideas en ataque no fluían.

El "gigante" Gio Shermadini acaparó los primeros minutos del segundo cuarto. Soluade le dio la bola y el georgiano sacó seis tiros libres. Sin embargo, una rigurosísima segunda falta, en ataque, le envió al banquillo. Y eso hizo que el Khimki, con Jenkins cogiendo el relevo de Shevd, despegara para ponerse por delante por primera vez en todo el partido: 21-20, a 5:15.

No le duró mucho la gasolina, y eso que Shevd se fue a los 17 puntos. Soluade anotó de tres, Suárez se sintió cómodo y Waczynski asumió más responsabilidad en ataque. Con el trabajo defensivo a gran nivel, el Unicaja, cuidando muy bien el balón -sólo 3 pérdidas al intermedio- fue capaz de irse al descanso con una sabrosa renta de ocho puntos: 31-39.

acercaran, y McCallum, tras un triple de Salin, puso la máxima verde: 42-52. Los verdes se mantuvieron arriba al final del tercer parcial: 49-55.

En el último cuarto, al Unicaja se le cerraron las persianas. Soluade no estuvo a la altura, Alberto falló dos triples liberados y Honeycutt rompió la racha malagueña para empatar: 55-55, a 6:30. Entró el Khimki en bonus y eso permitió que el Unicaja, tras 4:28 minutos sin anotar un solo punto en todo el último cuarto, por fin viera aro: 55-57 a sólo 5:32 del final. Barzokas dio entrada a Shevd, inédito en el último parcial. Augustine dio mucho aire al Unicaja y un triple de Waczynski, a dos minutos del final, puso el partido en bandeja: 60-66.

Pero el Unicaja, como ha sucedido en otras tantas veces este curso, no supo jugar sus cartas al final. McCallum se estrelló ante el Khimki y un parcial de 8-0 mató a los malagueños (68-66), con la última canasta, del americano Gill, en un palmeo sobre la bocina tras ganarle el rebote a Salin después de un desesperado intento de tres de Shevd.

Las estadísticas, en este link.