La pretemporada ha acabado ya para el Unicaja, que el próximo viernes inicia la Liga Endesa 2018/19 en casa ante el Valencia Basket. El resumen es de cuatro derrotas y sólo dos victorias, aunque el equipo, cuando estuvo ayer estuvo al completo, estuvo a un gran nivel. Hay nuevo jefe en el banquillo, Luis Casimiro, que ayer hizo balance del último mes, se mostró satisfecho y realista, explicando que no sabe a ciencia cierta en qué punto se encuentra el equipo: «Si somos coherentes con lo que estamos diciendo, ni los partidos del Costa del Sol sirven de mucho, en el Circuito Movistar estábamos muy atufados todos y éste tampoco, pues tampoco se puede evaluar dónde está el equipo. No podemos extraer una evaluación fidedigna. La competición siempre te pone en tu sitio y más en esta pretemporada tras la que no sabemos exactamente dónde estamos pero tenemos que ser optimistas», indicó.

El equipo no ha podido trabajar al completo por fin esta semana. Hace unos días se unió el polaco Adam Waczynski, el último en llegar. Así las cosas, la pretemporada ya es pasado tras el triunfo ayer frente al Real Betis en la Copa Andalucía y hoy arranca la «normalidad», pensando en la cita del viernes contra el Valencia. «Esta pasada semana hemos hecho un trabajo con alta exigencia física. Se nota que desde el jueves ya estamos todos. Ahora tenemos que seguir construyendo y creciendo». Casimiro explicó que durante la «Ventana FIBA» no hubo ni la opción «de hacer un cinco». «Los chicos nos ayudaron, pero no teníamos ningún escolta y dos «cuatro», con un «cinco» solo. El trabajo ha vuelto a la normalidad y esta semana ya se da por finiquitada la pretemporada. En esta semana hemos trabajado todos los días mañana y tarde excepto ayer (por el sábado), y la semana próxima ya la haremos para llegar bien, con la carga necesaria al partido, y a lo que nos queda por delante, con una semana de cuatro partidos».

Respecto a la Copa Andalucía y al amplio y cómodo triunfo frente al Real Betis, Casimiro dijo con sorna que tampoco había que sacar demasiadas conclusiones «no vayamos a ser optimistas», dijo a forma de pullita, y analizó el partido y la actual situación: «Hay que extraer las valoraciones del trabajo para seguir mejorando y afianzando lo que hemos hecho bien pero a nivel de trabajo. Las pretemporadas están bien para trabajar y construir. A nivel de resultados, la verdad es que sirven de bien poco, y mantengo mi criterio, tanto si perdemos como si ganamos», apostilló.

El coach continuó hablando sobre el nuevo equipo que está en ciernes, su idea de juego y los sistemas a seguir. «Vamos a intentar jugar con ritmo, y eso depende de nosotros, pero también del rival, que a veces no te deja correr. Y debemos tener varios registros: correr, jugar con ritmo... y si no podemos, jugar bien posicionados. Entonces vamos a intentar que todo vaya fluyendo y construyendo, que salgan las cosas y poder jugar diferentes tipos de baloncesto». También se le cuestionó sobre las continuas rotaciones entre sus jugadores y si esa iba a ser la tónica también en este curso.

«Si queremos llevar un alto ritmo, los jugadores tienen que estar frescos. Y jugar al máximo nivel, a la máxima exigencia y máximo esfuerzo, se puede medir en pocos minutos. Entonces quiero que estemos así: con máximo esfuerzo y exigencia, y por tanto las rotaciones y cambios quiero que sean con bastante dinamismo y una tónica habitual en la temporada».