Unicaja comunicará hoy a las secciones sindicales presentes en la entidad la propuesta que tiene en mente para alcanzar una rebaja de 51 millones, el 20% de sus costes laborales, en el plazo de dos años. Un plan de ajuste que ya venía barajando desde inicios de año y que, traducido a términos de empleo, equivaldría a la salida de 900 empleados de una plantilla total de 4.500. Tras la primera toma de contacto el martes de la semana pasada, los sindicatos acuden a la reunión de la mesa laboral de hoy -prevista, de inicio, para las 17.00 horas- con la intención de escuchar los planes concretos de la entidad pero también con una posición clara: por un lado, que rechazan los recortes por no verlos justificados en una entidad con los beneficios de Unicaja y entender que están planteados «en base a riesgos potenciales futuros»; y por otro, que sólo aceptarán medidas de salida de carácter voluntario, rechazando cualquier planteamiento que conlleve el recurso a medidas traumáticas, ante todo despidos.

Fuentes sindicales explicaron a este periódico que el mayor cupo del excedente laboral debería incluirse en un plan de prejubilaciones al que podrían acogerse los trabajadores de mayor edad. Precisamente, el colectivo de mayores de 55 años presentes en la entidad se acerca a la cifra de salidas que necesita Unicaja. Estas desvinculaciones podrían completarse con medidas como reducciones de jornada y salariales de carácter voluntario, suspensiones voluntarias o excedencias incentivadas. El problema de este planteamiento, según reconocieron estas mismas fuentes sindicales, está en que las prejubilaciones son la opción más costosa para Unicaja, que prefiere «repartir los huevos en diferentes cestos» recurriendo a mecanismos más variados. Ya en la primera reunión de la pasada semana, la entidad aseguró a los sindicatos que, en caso de no llegarse finalmente a un acuerdo, la caja «adoptaría las medidas que considere necesarias y que la normativa les permita para conseguir dicha reducción de gastos», incluidos las bajadas de sueldo, los despidos y, si se diera el caso, el recurso a un ERE.

La negociación entre Unicaja y los sindicatos se prolongará durante un máximo de dos meses y medio. La entidad tiene como fecha tope para tener un acuerdo cerrado el final del mes de noviembre. En caso contrario podría recurrir a las medidas que estime oportunas dentro del marco de la reforma laboral.

Fuentes de la entidad, por su parte, ya alegaron la pasada semana que, hasta la fecha, Unicaja era la única entidad financiera que no se había visto inmersa en un proceso de reestructuración, algo que ahora cree inevitable para adaptarse a un «entorno financiero económico complejo» y para «seguir siendo competitivos». El presidente de Unicaja, Braulio Medel, advirtió hace unos meses de que el «adelgazamiento» del negocio estaba obligando a todas las entidades a acometer planes de este tipo.