El crecimiento experimentado por la ciudad de Málaga entre 1960 y 1981 fue sobresaliente. Espectacular. En este periodo duplicó el número de habitantes (64.850 en sólo una década, la de los años 60, según los censos existentes). Como ocurrió en otros puntos de España, la capital también sufrió un baby boom provocado por la inmigración del campo a la ciudad y fruto del plan de estabilización económica del Régimen, con el apoyo del Gobierno de Eisenhower.

Málaga se desparrama. Crece en aluvión, aparece la arquitectura vertical y surgen nuevos barrios sin servicios básicos ni equipamientos. Ni siquiera calles asfaltadas. Mucho menos colegios. Aquella urbe en expansión requería de nuevas plazas escolares para atender la presión demográfica y dar cabida a los hijos de la nueva clase obrera, atraída por la nueva reindustrialización, el auge del turismo y el sector servicios y la llegada de divisas.

Legiones de jornaleros llegan a la ciudad para cambiar el campo por la fábrica o el andamio. O trabajar como camareros y ganar un jornal suficiente. El interior empuja a la capital. La población de los pueblos arrastra una existencia pobre, basada en la agricultura. En 1964, las diferencias entre las rentas per cápita de la zona interior y la Costa eran abismales. Mientras que un trabajador de Málaga podía ganar de media 22.200 pesetas al año, el agricultor no superaba las 8.700. Es decir, mientras el interior continuaba en subdesarrollo, la Costa se acercaba rápidamente al umbral de las regiones desarrolladas. ¿La solución? emigrar. La población se dirige al extranjero, al norte de España, pero también a la capital, nutriendo en proporción muy elevada los suburbios de Málaga, como explica el arquitecto Daniel Barrera, experto en la evolución urbanística malagueña.

Estas nuevas familias malagueñas, trabajan, ganan dinero, y tienen hijos que necesitan ir al colegio ya que ven en el estudio el medio para su promoción personal. Pero no había suficientes. Málaga, como España entera, había salido de la Guerra Civil maltrecha. Hasta 1950 no alcanza niveles de población parecidos a los de 1936. Es entonces cuando se hace necesario un plan de ordenación, que firma González Edo, aunque nunca llegó a entrar en vigor y quedó olvidado en los cajones municipales.

El crecimiento turístico de la Costa del Sol también afectó a Málaga, provocando un desarrollo urbano y un afán de construcción hasta entonces desacostumbrado sin que el Ayuntamiento supiera afrontar la situación y con una vieja ordenanza de 1902 como norma reguladora. En un par de años, la altura normal de Málaga, de tres a cuatro plantas, pasa a nueve y diez. Nacen nuevas barriadas, la prolongación de la Alameda, la Palma, Ciudad Jardín, el inicio de la Carretera de Cádiz... Y hacían falta colegios que nadie había previsto.

Fuentes de la Delegación Territorial de Educación explican que, desde el final de la Guerra, y específicamente según lo recogido en la Ley de Educación Primaria de 1945, el papel del Estado respecto a los centros educativos «no es el de crearlos sino el de estimular su creación por otro tipo de instituciones, normalmente religiosas».

La primera y única norma sobre construcciones escolares con rango de ley no aparece hasta el 22 de diciembre de 1953, con la reforma que introdujo en su texto la de 16 de diciembre de 1954, que establece un sistema de convenio entre Estado y ayuntamientos y diputaciones para la construcción de escuelas, precisamente, para atender estas necesidades de escolarización. Al amparo de esta ley, el entonces aún obispo Ángel Herrera Oria creó el Patronato Mixto de Educación Primaria, más conocido como Patronato de las Escuelas Rurales, origen de la actual Fundación Diocesana. Estos centros sirvieron para compensar el déficit de escuelas y la desigual distribución por distritos municipales, barriadas y partidos rurales.

En Málaga también se construyen colegios públicos. Son de esta época el Carmen Polo (actual CEIP Ciudad de Popayán) y Sagrado Corazón (actual IES Sagrado Corazón). Ambos están datados en 1953, mientras que el colegio 25 años de Paz (actual CEIP Constitución 1978) entró en servicio en 1970. Son los colegios del baby boom. La Escuela Infantil Reyes Magos sufrió una ampliación en 1964, previsiblemente debido a la presión demográfica en la zona.

Asimismo el colegio Domingo Lozano es anterior a 1970, mientras que el Gálvez Moll, en la Palmilla, fue inaugurado en octubre de 1970 por el entones alcalde, Cayetano Utrera. Su director, José López, cuenta cómo originariamente este centro contaba con tres módulos y posteriormente hubo que construir un cuarto «para atender a la gran población escolar existente», recuerda. Sin embargo, en la actualidad sólo quedan dos edificios. Los otros dos son ahora un centro ciudadano y una biblioteca municipal, «lo que da una idea de la caída de los alumnos y que muchas familias optan por matricular a sus hijos en colegios de fuera de la Pamilla», sostiene López, que pone como ejemplo de esto los colegios Manuel Altolaguirre y Cerro Coronado, «construidos tras los Pactos de la Moncloa en los años 70, que contaron en su día con más de mil alumnos cada uno y ahora no llegan ni a 300», mantiene.

A principios de los 70, el Plan de Urgencia para Andalucía reactiva el ritmo de construcción de centros escolares. Entre los colegios de esta época se encuentran el Jorge Guillén de El Palo, Ciudad de Jaén, de Churriana y José Calderón, de Campanillas, conocidos todos ellos como los PUA.

Respecto a las entonces denominadas Enseñanzas Medias, el edificio de la sección masculina del Instituto Nuestra Señora de la Victoria (Martiricos) fue inaugurado el 29 de abril de 1961, aunque su creación data de 1942, cuando se divide administrativamente el instituto Vicente Espinel (Gaona) para oficializar la separación por sexos.

Este mismo año 1961, en la provincia se produce la reapertura del instituto Reyes Católicos en Vélez-Málaga, que había sido suprimido en 1937, y en 1962 se crea el Pérez de Guzmán en Ronda. También en Ronda, y el mismo año, se produce la creación del instituto General Alamán, con la particularidad de ser una institución dependiente del Ministerio de Defensa, y no del de Educación, además ser de acceso restringido a hijos de militares.

Hasta 1964 no se da la orden de crear el que sería el primer instituto mixto en Málaga, el Sierra Bermeja, en la zona de Ciudad Jardín, otro barrio en expansión por aquella época. No empieza a funcionar, sin embargo, hasta el curso 1967. El instituto de Campillos, actual Camilo José Cela, es de 1967.

La última obra educativa promovida por el cardenal Herrera Oria fue el Centro de Bachillerato Santa Rosa de Lima, en 1965, como medio para aproximar la enseñanza superior a la población con menos recursos. En total, al final de la dictadura de Franco tan solo había 15 institutos de enseñanza media funcionando en toda la provincia.

CEIP Ciudad de Popayán (antiguo colegio Carmen Polo)

Dirección: Av. Herrera Oria

Año fundación: 1953

Un colegio solo de niñas en Carranque

El colegio Carmen Polo de Franco recibió este nombre por la esposa del anterior jefe de Estado. Se construyó a partir de 1953 en la finca conocida como Hacienda Portada Baja, para atender la demanda de escolarización de la recién creada barriada de Carranque. Era un centro solo de niñas, que tuvo como primera directora a Lucía Moreno. De la misma época es el colegio Sagrado Corazón (hoy instituto), un edificio gemelo construido también en la actual avenida Herrera Oria. El anterior inmueble tuvo que ser demolido en 1987, por el pésimo estado de conservación de sus cimientos. El 21 de septiembre de ese mismo año fueron inauguradas las nuevas instalaciones, donde han llegado a estudiar más de 800 alumnos en un solo curso. En 1979, el Ayuntamiento acordó cambiar el nombre del centro y denominarle Ciudad de Popayán, tras el hermanamiento celebrado ese mismo año entre Málaga y este municipio colombiano. En la actualidad, según explica su directora, Estefanía Escudero, el colegio imparte Infantil y Primaria. «Es un centro que en poco tiempo ha dado un giro gracias a un equipo de profesionales muy unidos y dispuestos a que la enseñanza impartida sea una enseñanza pública de calidad», destaca. Tanto es así, que a partir del curso que viene será bilingüe, donde se trabajará por una inmersión lingüística en inglés que permita al alumnado estar preparado para el futuro.

CEIP Constitución de 1978 (antiguo colegio 25 Años de Paz)Dirección:

Calle Francisco Ballesteros

Año fundación: 1970

Pupitres para una nueva barriada

En el 25 aniversario del término de la Guerra se crea en Málaga una barriada donde residían muchos de los obreros que trabajaban en la Tabacalera y en otras fábricas de la Carretera de Cádiz, que comenzaba así su desarrollo urbano. El colegio 25 años de Paz recibe el mismo nombre que el lugar donde se construye para atender la demanda de escolarización de los alumnos de la zona. En 1978 cambia de nombre por el actual de Constitución de 1978, «mucho más democrático», como reconoce la directora, Yolanda Ramírez. Cuenta cómo la demanda de plazas era tal y había tan pocos colegios entonces, que al 25 años de Paz acudían alumnos no sólo de la zona, «también desde el entorno de la estación de trenes hasta Churriana». Más de 1.200 escolares, en total. «El colegio llegó a tener seis líneas: dos de ellas se impartían en un edificio que teníamos en la calle Isla Cristina, porque aquí no se cabía», recuerda. Según la Delegación de Educación, la orden de construcción data de 1964, pero no se inauguró hasta 1970. Aunque era un centro mixto, los primeros años, las clases se diferenciaban por sexos. En la actualidad es colegio TIC.

IES Sierra Bermeja (antiguo Instituto Mixto Número 1)Dirección:

Av. Ramón y Cajal

Año fundación: 1967

Un instituto siempre combativo

El claustro decidió llamarle Sierra Bermeja pese a que no existe vinculación aparente con este paraje esteponero. «Seguramente para destacar, de forma camuflada, el carácter combativo que desde el primer día tuvo el instituto, un centro rebelde, rojo, bermejo», explica Víctor Becerra, profesor de este instituto, del que también fue director. El primero mixto de la provincia, aunque en los primeros años todavía los alumnos y las alumnas accedían por lugares separados. Comenzó su andadura en el curso 1967/68, pero aún dependía del Gaona y el Martiricos. En 1970 ya era centro independiente. El tercer instituto. Situado en Ciudad Jardín, el edificio llegó a contar con 1.500 alumnos repartidos en los distintos regímenes de Bachillerato (diurno, nocturno y a distancia) no sólo de esta zona de Málaga, sino también de otros barrios y municipios del área metropolitana. Hoy se mantiene en el mismo edificio que se empezó a construir en 1963, diseño de Santos Rey y que recibió hasta una felicitación del Ministerio. «Yo me enamoré del instituto antes incluso de venir a dar clases por sus espacios y la sensación de libertad», dice Becerra, que destaca que entre los alumnos, durante el Régimen, estaban representadas todas las ideologías.