Las delegaciones de Medio Ambiente y Sanidad del Ayuntamiento y la asociación Marbella Canina trabajan en la creación de la figura de un mediador que interceda en aquellos casos en que los perros alteren la convivencia entre los vecinos.

El Ayuntamiento firmará un acuerdo con Marbella Canina para que personas capacitadas eduquen a las mascotas más conflictivas, según señaló el concejal de Medio Ambiente, Manuel Cardeña, en una televisión de ámbito local. «Muchas veces, en un edificio en el que conviven muchas mascotas, hay algún perro que ladra o molesta mucho. A través del convenio con esta asociación, el Ayuntamiento tendrá la posibilidad de tratar a ese perro para que no haya problemas en el vecindario. Eso solucionará muchos problemas», explicó el edil, que cifró en más de 40.000 las mascotas registradas en el municipio.

El gobierno local retoma así un proyecto que inició el anterior Ejecutivo municipal, que tuvo que ceder la responsabilidad de gestionar los asuntos municipales a PP y OSP tras la moción de censura de agosto.

El anterior responsable de Medio Ambiente, el concejal de IU Miguel Díaz, señala a La Opinión de Málaga que el anterior gobierno local había comenzado a trabajar en la creación de un mediador que actuara en los casos en que las conductas de los dueños de las mascotas o de los animales domésticos generaran problemas de convivencia.

La propuesta surgió después de que algunos perros de caza de inquilinos de viviendas rústicas en el distrito de Las Chapas ladrasen y generasen molestias al resto de vecinos durante las horas en que permanecían solos. «Ahí vimos que si intervenía alguien con el conocimiento suficiente de los animales y la capacitación para instruirlos podía mediar entre los animales y los vecinos y evitar este tipo de conflictos para mejorar la convivencia», explica el concejal.

El equipo de gobierno realizó en la zona de Las Chapas una prueba piloto con diferentes voluntarios con ese objetivo y comenzó a trabajar en la organización de cursos de adiestramiento de perros al final de los cuales las mascotas participantes obtuvieran una certificación y los dueños aprendieran a compartir los espacios públicos con los canes.

«El certificado de Ciudadano Canino Ejemplar acreditaría que los perros habían superado unos cursos y un examen y eran capaces de obedecer las diferentes órdenes de sus dueños», explica Díaz.

Los perros con estas distinciones adquirían una serie de prerrogativas, como circular por espacios públicos que se establecieran, pasear sueltos en algunas zonas o permitirles el acceso en los transportes públicos y en los establecimientos que se sumaran a la iniciativa.

Díaz cree adecuado y necesario que el Gobierno local pretenda retomar la iniciativa, ya que «el nivel de civismo de un municipio se valora también por la convivencia entre los vecinos y lo animales».

El interés por la figura del mediador llega después de que el Ayuntamiento se viera obligado, tras la presión social, a retirar la licitación del servicio de atención a los animales abandonados.