Desde mi butaca

Larga vida al pasodoble

El pasodoble es la melodía y la poesía que se canta a Dios, al amor o un bebe en forma de nana... pero también es la furia, la rabia y la indignación de un pueblo. Es la respuesta al gobernante corrupto, al político ladrón y mentiroso

Un momento de la actuación de la comparsa de Marbella 'La Joya', durante la tercera semifinal del COAC

Un momento de la actuación de la comparsa de Marbella 'La Joya', durante la tercera semifinal del COAC / Fundación del Carnaval

Pepa López

Pepa López

 El pasodoble es una de las herramientas fundamentales que dan sentido al repertorio de una agrupación de carnaval. El pasodoble es donde empieza y termina una comparsa. El pasodoble es septiembre, es el primer contacto con la obra de ese año, es la primera copla que suena en los locales de ensayo. El pasodoble es el todopoderoso que no sólo debe ir impecable de letra, sino también de música. Y es que la música del pasodoble es la esencia pura de un grupo, ya sea murga o comparsa. El pasodoble es el que va a dar conocer al tipo, es el que será recordado a lo largo de los años, el que perdurará con el paso de febrero. Es el principio y el fin de la copla carnavalera. Y durante el concurso, la tanda de pasodobles para más inri es la que da o quita premios, sobre todo en la comparsa.

El pasodoble es la melodía y la poesía que se canta a las puertas de las iglesias, es la canción que se entona para declarar tu amor a alguien, es la nana al pequeño que crece entre sones del 3x4. Es el agradecimiento a una madre, es el susurro de un te quiero a un padre, es el soniquete que usamos para decirle a nuestros hermanos, que suerte tenerte. Es el piropo infinito a la ciudad que te vio nacer, es el acto de enamoramiento más puro de un coplero a su carnaval. El pasodoble es el verso más sincero que nace siempre por febrero y que va directo al corazón.

Pero el pasodoble es también la furia, la rabia y la indignación de un pueblo. Es la respuesta al gobernante corrupto, al político ladrón y mentiroso. El pasodoble es el zasca a las injurias de aquellos que juegan con el pan de nuestra casa. Es la sentencia al que viola, al que mata y maltrata. El pasodoble es el reclamo a la mala fe de las instituciones, de las fundaciones que manejan el cotarro y que siempre hacen daño al más débil. El pasodoble es la protesta del abuelo, de la mujer denigrada, de la madre cansada, del padre y del jornalero. El pasodoble es la voz del pueblo que grita a los cuatro vientos desigualdades de clases, las injusticias de las familias que sobreviven al día a día.

Comparsa Sin permiso

Un momento de la actuación de la comparsa 'Sin permiso' / Fundación del Carnaval

El pasodoble es el principio y el fin del Carnaval. Donde terminan y empiezan las agrupaciones de canto. Los que deciden quien pasa y quien se queda fuera. El pasodoble, no es más amigo mío que el culpable de la buena o mala actuación de una murga, de una comparsa…

Y en la trama concursera, son los pasodobles los que dan el nivel a la edición de ese año. Porque, si los pasodobles que se han cantado en el teatro han calado en el respetable, entonces ese será un buen año carnavalero. Pero si no, entonces se escuchará eso de “ha sido un año flojito”. Pero que va, el pasodoble se ríe de todo esto. Porque en una noche de verano, a la orilla de una playa una guitarra de un don nadie entona las primeras notas de un pasodoble, y brota de alguna garganta esos primeros versos y una vez que llega el trio, las lágrimas o la sonrisa aparece como una luna nueva, y ahí es cuando ya dices: larga vida al pasodoble.