La provincia de Málaga desempeña hoy, al igual que hace tres décadas, un papel fundamental en nuestra comunidad y está llamada a ser la punta de lanza en la configuración de la Andalucía sostenible, que haga mejor lo que ya hacemos bien.

Un 28 de febrero de hace 30 años los andaluces descubrimos que era posible dar forma en nuestro Estado de derecho a lo que ya sabíamos desde hacía mucho tiempo: que éramos un gran pueblo que quería tener los mismos derechos y libertades que los demás. Nunca hemos buscado privilegios, pero tampoco hemos consentido ser menos que nadie ni que nadie decidiera por nosotros. En ese camino solidario hacia la autonomía andaluza, Málaga jugó un gran papel protagonista, tanto en el lado más positivo, con la firma del Pacto de Antequera, como en la parte más desgarradora, con el asesinato del joven Manuel José García Caparrós en la manifestación del 4 de diciembre.

Hoy ya no hay tiempo para las nostalgias, pero sí es necesario seguir manteniendo fresca en la memoria la idea que nos condujo hasta ese proceso: una guía de libertades, logros y autoestima que consiguió una Andalucía pujante y que contribuyó en primera línea a que el proceso autonómico acabara en una historia de éxitos. Ese empuje de Andalucía, esa historia, ha posibilitado un modelo que ha sabido garantizar la igualdad de todos los españoles, al mismo tiempo que favorecía la singularidad y la iniciativa de cada comunidad, aunque siempre también –nadie entendería lo contrario– bajo los parámetros de la solidaridad.

Sostenibilidad

Al igual que hace 30 años, Málaga desempeña hoy un papel fundamental en nuestra comunidad y está llamada a ser punta de lanza en la conformación de la nueva Andalucía sostenible. Nuestro reto de una Andalucía Sostenible no es hacer algo distinto de lo que ya hacemos, sino hacer mejor lo que ya hacemos bien. Por ello, Málaga va a abanderar nuevas políticas turísticas y de investigación e innovación, campos en los que ha trabajado con esfuerzo y constancia, y en los que le espera un futuro más que alentador.

La puesta en marcha del Andalucía Lab, el primer laboratorio de inteligencia turística, ubicado en Marbella, debe proporcionarnos las claves de la evolución del turismo del siglo XXI y ser la base de la nueva cultura turística de la que queremos impregnar a la comunidad. Asimismo, el trabajo conjunto del Gobierno andaluz con la Universidad malagueña en su apuesta por un campus de excelencia vinculado al turismo será otra de las claves en esa proyección de futuro.

Si en turismo, sabemos lo que hacemos, no lo es menos en investigación e innovación. El Parque Tecnológico es ya una referencia mundial, con más de 500 empresas. Trabajamos ahora en su ampliación, que permitirá albergar a corto plazo a otro centenar de empresas más, sin olvidarnos de la reciente firma del acuerdo para crear un Parque científico empresarial en el campus universitario, que permitirá el trabajo conjunto de científicos e industriales y, por tanto, conseguir las transferencias del conocimiento educativo al sector productivo.

Y en investigación, Málaga va a ser referente nacional al disponer de dos proyectos pioneros: el primer Centro Andaluz de Nanomedicina y Biotecnología (Bionand) y el Instituto de Investigación Sanitaria de Málaga, en colaboración con Farmaindustria, que supondrá la primera piedra de la nueva Ciudad de la Salud de Málaga, que albergará el nuevo macrohospital de la capital.

Tecnología

La apuesta decidida del Gobierno andaluz por estos campos, con una importante inversión económica, y el empuje que Málaga ha alcanzado en estos ámbitos ha motivado que la ciudad haya sido seleccionada por grandes empresas internacionales para la prueba de sus iniciativas más novedosas, como es el caso de Renault –que probará en el PTA sus primeros vehículos eléctricos–, o el proyecto Smart City, liderado por Endesa y pionero en España, que plantea un nuevo modelo de gestión energética en las ciudades, con reducción de las emisiones de CO2 y un aumento del consumo de energías renovables.

Son muchos, sin duda, los ámbitos en los que Málaga también proyecta su empuje y su voluntad de progreso, como las infraestructuras –eje ferroviario transversal, Metro, AVA...– o la cultura, por citar sólo algunos más. Tras todos estos proyectos está, como siempre, el apoyo firme y leal de la Junta de Andalucía. Y es que Málaga, ahora igual que hace 30 años, sigue dando sobradas muestras de su capacidad de adelantarse al futuro y de seguir liderando la construcción de la Andalucía de progreso por la que todos trabajamos. ?

* Presidente de la Junta de Andalucía.