­El Parlamento andaluz que salga de las elecciones autonómicas del 22 de marzo estará muy fragmentado y los pactos serán más necesarios que nunca para garantizar la gobernabilidad, en vista de los datos de una encuesta efectuada por Celeste-Tel. El PSOE obtendría el 36% de los votos, lo que le garantizaría 47 escaños y una holgada victoria sobre la segunda fuerza en liza, el PP, que arrancaría un 27,8% de sufragios (36 parlamentarios). Los socialistas quedan muy lejos de la mayoría absoluta (55 diputados), pero en esta comunidad el efecto Podemos parece ser menos arrollador que en otras, ya que los de Pablo Iglesias obtendrían el 16,1% de los sufragios, 17 escaños, pocos para gobernar pero los suficientes para determinar el ritmo de la legislatura.

IU araña el 7,3% de los sufragios, alcanzando los siete escaños, lo que supone un retroceso del 4% en relación a los últimos comicios (obtuvo 12 en 2012), lo que podría explicarse por haber formado parte del pacto de gobierno con el PSOE y la inestabilidad generada desde que Alberto Garzón, candidato a coordinador general de la coalición, iniciara su escalada al liderato y vea con buenos ojos un acercamiento a Podemos. De ahí que IU, antes de que Susana Díaz anunciara la ruptura del pacto, se plantease incluso hacer un referéndum sobre su continuidad en el Ejecutivo andaluz, con el fin de diferenciar su marca de la de los socialistas.

Así, el PSOE, pese a ganar, pierde apoyo en relación a los comicios de 2012 (-3,5%), aunque mantendrá el mismo número de escaños. La caída del PP es mayor, puesto que con Javier Arenas como candidato ganaron las últimas elecciones sin mayoría para formar gobierno. Ahora, le toca lidiar con el toro a Juan Manuel Moreno Bonilla, malagueño y ex secretario de Estado de Servicios Sociales. El descenso de votos será, según la encuesta, de casi trece puntos porcentuales para los populares, del 40,7% de 2012 al 27,8% previsto este marzo, y desde los 50 a los 36 escaños.

Díaz no podrá gobernar con mayoría absoluta ni recurriendo a IU, porque les faltaría un escaño para ello. Tampoco parece previsible, tras el cruce de declaraciones entre los líderes de los partidos, que PSOE y Podemos gobiernen juntos, aunque más extraño sería un acuerdo PSOE-PP. Tal vez IU y Ciudadanos puedan darle aire a los socialistas si los primeros olvidan el agravio y los segundos se fían.

El nuevo invitado al arco parlamentario andaluz será Ciudadanos, que logaría dos escaños (4,6%). UPyD no obtendría representación en el Parlamento al pasar del 3,4% de los votos de 2012 al 2,8% de los comicios del 22 de marzo. El Partido Andalucista (PA), por su parte, sube en intención de voto, pero tampoco logra entrar en la Cámara andaluza. La inestabilidad, por tanto, será la característica principal del Parlamento que salga de las elecciones, algo que sólo podrán combatir los partidos tirando de sus habilidades para pactar.