Casi la mitad de los andaluces le ha prestado dinero a un allegado «por necesidad»

Casi la mitad de los andaluces le ha prestado dinero a un allegado que se lo pidió «por cuestiones de necesidad». Así se desprende de un sondeo realizado por el Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la propia Junta de Andalucía. Para ser exactos, ascienden a un 44% los encuestados que reconocen haber atendido la petición de algún familiar cercano o amigo que se acercó a él para solicitarle una ayuda económica. En cambio, un 55,9% asegura que no ha tenido que hacerlo.

Por otro lado, un 12,4% de los ciudadanos reconoce que -debido a la situación económica actual- él o alguien de su familia se está viendo en la necesidad de acudir a instituciones sociales «como Cáritas, Cruz Roja, etc.» a pedir ayuda para acceder a alimentos o para pagar recibos de primera necesidad como el alquiler, la hipoteca, la luz o el gas.

Estas son algunas de las variadas conclusiones vinculadas a las dificultades económicas que arroja una encuesta en la que los estragos de la inflación se tienen muy presentes. Tales consecuencias irrumpen hasta el punto que cuatro de cada diez de los ciudadanos entrevistados admite que se ha sometido a ciertas limitaciones a la hora de hacer la compra. Y una cuarta parte de los encuestados admite complicaciones para poder pagar las facturas de la luz, del gas o del agua.

Sin ir más lejos, la inmensa mayoría de los andaluces -en torno a un 76%- no tendría ahora una situación económica personal mejor que hace un año. Un 30,4% señala que es peor, un 45,4% que es igual y un 24,2% que es mejor. No obstante, un 63,2% señala que su situación económica es buena, un 7,6% que es muy buena, un 12,9% que ni buena ni mala, un 12,8% que mala, y un 3,5% que muy mala.

Gastos del hogar

En el apartado de la encuesta dedicado a los gastos del hogar, también afloran algunos indicadores que apuntan a un empeoramiento de la situación económica de los ciudadanos. Así, un 25,3% admite haber tenido dificultades para hacer frente a los recibos de suministros básicos como el agua, la luz o el gas; y un 23,5% reconoce que la subida generalizada de los precios le ha complicado el pago del alquiler o la hipoteca de su casa. El porcentaje sube a un 30,6% de los encuestados cuando se trata de pasarlo mal para abonar impuestos como el IBI y el IRPF o las multas; y a un 35,7% cuando el dinero viene justo para llenar con combustible el depósito del vehículo.

Y, si tienen en cuenta los actuales ingresos de su hogar, un 45,7% asegura que le llega «para vivir», un 33,8% que vive «confortablemente» con esa cantidad de dinero, un 16,4% que tiene dificultades y un 3,2% «muchas dificultades».

Cesta de la compra

El mismo sondeo también refleja el impacto en la economía de los andaluces de la subida de los precios y su consiguiente repercusión en la cesta de la compra. Casi la mitad de los encuestados, un 44,8% para ser exactos, asegura que estas últimas semanas ha reducido el consumo de determinados alimentos que se han visto encarecidos notablemente a causa de la inflación.

Así, el 30,1% de los ciudadanos come ahora menos pescado fresco; un 28% compra menos aceite de oliva que antes; un 22,6% consume menos carne; y un 15,7% admite que se ‘autocensura’ por los elevados precios al adquirir verdura y fruta fresca.

Pesimismo

El optimismo no reina, precisamente, entre la mayoría de los andaluces y suman un 63% los ciudadanos que creen que su situación económica personal no mejorará dentro de un año. En concreto, un 24% dice que empeorará, un 39,3% que se quedará igual y un 32,8% que mejorará. Además, un 38,2% vaticina que la economía andaluza «irá peor» en los próximos meses respecto al conjunto de España, mientras que un 15,4% apunta que «ni mejor ni peor» y un 34,1% piensa que mejorará.

Y, en relación a la situación económica actual, un 37,4% cree que los andaluces la están afrontado peor que el año anterior, un 15% consideran que «ni mejor ni peor» y un 33,5% que «mejor».

El problema del paro

En este mismo Barómetro Andaluz de diciembre de 2023 para el que se realizaron 3.600 entrevistas, una de cada tres personas encuestadas -un 32,2% para ser exactos- señala que el paro es el problema que más le afecta personalmente. La falta de trabajo lidera este ranking de preocupaciones seguida ya muy de lejos por la situación de la sanidad pública, a la que sólo apuntan como principal amenaza un 5,9%.

En relación a la alargada sombra del desempleo, se pregunta por la probabilidad de que la persona encuestada o alguien de su entorno familiar pueda perder en los próximos meses su trabajo. Y un 42,6% de los entrevistados dice que es poco probable; un 25,1%, nada probable; un 12,4%, probable; un 7%, muy probable; y un 6,4% bastante probable.

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