El flamenco «indignado y porculero» de Los Poyayos Enmascaradol

Letras combativas, compromiso político y social, cantes de Piyayo y funcionamiento cooperativo son algunas de los claves de este peculiar grupo malagueño, que se presenta en sociedad el próximo 17 de septiembre en La Nave

Dos integrantes del grupo flamenco Los Poyayos Enmascaradol durante una grabación.  | LA OPINIÓN

Dos integrantes del grupo flamenco Los Poyayos Enmascaradol durante una grabación. | LA OPINIÓN / emma naranjo smidt. málaga

Emma Naranjo Smidt

El 17 de septiembre se darán a conocer Los Poyayos Enmascaradol, un grupo flamenco que busca desahogar sus necesidades de expresión y comunicación mediante la crítica y la denuncia de los temas «más sangrantes», como los problemas sociales y políticos. Escuchen su música y sus letras, y sabrán lo que es bueno. Como dicen ellos mismos: «Los Poyayos Enmascaradol venimos de un barrio bajo/con sábanas bajeras, pa decir un cante flamenco/con letras porculeras».

La historia de Los Poyayos comienza en febrero de 2014, no como un grupo, sino como una pareja formada por un guitarrista y el que es ahora su líder, Miguel López Castro. Mezclando ironía, desparpajo y la «mala educación carnavalera», crearon un «flamenco porculero» expresado con los cantes de Piyayo. «Nuestro nombre es un homenaje a los cantes de Piyayo y a lo que éramos al principio. Éramos dos, uno pollo por ser un guitarrista joven y otro yayo que era mayor», afirma Miguel López Castro.

Entre 2014 y 2015 sacaron catorce grabaciones que se colgaban el quince de cada mes en YouTube, como un recordatorio del espíritu del 15M. Sin embargo, Los Poyayos Enmascaradol detuvieron su actividad por diversas circunstancias... Hasta la cuarentena, momento en el que volvieron y se pusieron manos a la obra: «Yo solo grababa un tema con la guitarra, porque no nos podíamos encontrar ni ver. Fueron siete, uno por semana. Cuando terminó el encierro, empezamos a vernos y poner en funcionamiento un proyecto cooperativo en torno a un blog».

Trece personas forman Los Poyayos actualmente, «unas muy entendidas y aficionadas al flamenco, mientras que otras no tanto, pero que tienen interés por la cultura popular y el flamenco». Cada integrante participa y aporta letras e ideas hasta que, entre todos, consolidan la base clara de una grabación: «Todo se hace en equipo. Cada uno recoge sus sensaciones, percepciones, pensamientos y anhelos, sometiéndonos a la mirada del compañero para reflexionar sobre un tema», explica el líder de Los Poyayos.

Esos temas tienen letras que abarcan lo cotidiano, lo político y lo social. Ese es el motivo por el que cada grabación se sube junto al porqué de la letra. Para ellos, este es un «ejercicio de militancia desde un arte y una música que se presta a la creación y comunicación de emociones, sentimientos y experiencias fuertes». También, constituye un rasgo que los diferencia del resto de combos flamencos. Su compromiso no es con una localidad concreta, aunque haya temas, como el Jabegote de la desbandá, que se cuentan desde la perspectiva de una zona y sus habitantes. “Muchos temas, aunque se piensan y se sienten desde España, recogen elementos que tienen que ver con el planeta, como el medio ambiente, el feminismo o los refugiados. No hay una relación directa y exclusiva con un lugar concreto, lo que ocurre es que vivimos y pensamos desde una localidad; por eso expresamos las cosas de esa manera», explica.

Más «flamenco indignado»

«Creemos que hacen falta letras más combativas. Desde 2015 parece que ha despertado un poco el interés por darle al flamenco ese matiz de indignación y compromiso social que ha tenido en varios momentos de la historia», declara Miguel López Castro, que asegura que las características de este arte llevan siempre explícito esa rebeldía y libertad de expresar las emociones y sentimientos desde una posición de conciencias de clase, política o individual. «La dinámica social en el flamenco y en el resto de estilos se da como algo minoritario. Si fuera mayoritario, no habría tantos problemas, actuando más sobre la realidad en la práctica, no solamente desde el arte», afirma.

Los Poyayos no paran y ya tienen tres proyectos en mente. El primero de ellos es su blog, en el que se alojan sus grabaciones y se encuentra Flamenco indignado, un espacio en el que cuelgan todos los documentos que están relacionados con el jondo de compromiso político. Su segundo propósito es el registro en un estudio de sus grabaciones, junto al lanzamiento de un «librito» en el que se recojan todas sus decisiones durante la composición. El documento estaría a disposición del público, cuyos beneficios se destinarían a proyectos sociales. Su tercer proyecto en mente sí tiene fecha, el 17 de septiembre, en el que se presentarán y ofrecerán una actuación en el centro sociocultural de La Nave.