Concierto

Fondo Flamenco revuelve las emociones de su público en Málaga

Tras una década, el trío sevillano vuelve a los escenarios con su tour 'La última cita'

Fondo Flamenco en su último tour "La última Cita" en el auditorio Cortijo Torres en Málaga

Fondo Flamenco en su último tour "La última Cita" en el auditorio Cortijo Torres en Málaga / Mariví Pérez

Mariví Pérez

Una década ha pasado desde que se despidieron de los escenarios. De pronto se anuncia ‘La última cita’. Su último tour. El definitivo. 14 de mayo en Málaga.  Los malagueños saben que tienen una cita a la que no pueden faltar. En menos de 24 horas las entradas se agotaron.

Llegó el día. Un público impaciente espera con ansia la aparición del trío sevillano: Alejandro Astola Soto, Antonio Manuel Ríos Sánchez y Rafael Ruda Santiago. Las diez de la noche. No se hacen esperar. Se empiezan a escuchar acordes y los gritos del público. "Ojalá pudiera ir volando a tu ventana" se distingue entre los gritos. Un público enloquecido canta al ritmo del grupo. La emoción se podía respirar. 'Ojalá' es la canción elegida para comenzar la noche.

Después de tres canciones seguidas, por fin, se les escucha decir: “Buenas noches Málaga”, alargando esa última “a” hasta quedarse sin pulmones. Y acto seguido volvieron al ruedo y a dejar sin aire al público. Es mágico ver cómo hilan canción tras canción sin descanso. Brillan en el escenario. Puede que sea por el sudor, ya que aparte de cantar y bailar, están dejando ver que la edad no ha pasado por ellos. Están haciendo abdominales y flexiones mientras suenan los diferentes instrumentos.

Esta noche en el auditorio Cortijo Torres no hay diferencia de edad. Como ellos mismos dicen: “Llevamos sin venir a Málaga casi 15 años y seguro que aquí hay gente que tiene esa edad” y un “siiii” se escucha como respuesta del público. La música une a todas las generaciones esta noche, da igual la edad; las lágrimas, los abrazos, los saltos, los bailes y las risas están inundando el auditorio.

“Málaga no es una ciudad, es un sentimiento, no lo puedo explicar; hay que ser malagueño pa’ poder entender qué es lo que se siente”

'Princesa' empieza a sonar y un mar de lágrimas se aprecia entre el público. Quizás por el mensaje de la canción. Quizás porque han vivido lo que dice la canción o conocen a alguien quien lo ha pasado. Quizás por simple emoción. Una canción que trata del maltrato y que a día de hoy sigue a la orden del día. Aunque para emoción es el mar de luces que se está formando. El trío malaguelo pide linternas al aire. Suena “Tus muletas”. Más de seis mil linternas iluminan el cielo mientras ellos cantan.

Tras una hora de concierto se detienen a hablar y a reconocer Málaga como su hogar, nombrando los casi cuarenta pueblos por los que han dado conciertos a lo largo de los años. Así lo dan a entender cuando es el turno de la canción 'Sevilla'. Cambian la letra a: “Málaga no es una ciudad, es un sentimiento, no lo puedo explicar; hay que ser malagueño pa’ poder entender qué es lo que se siente”.

A pesar de que hilan las canciones sin descanso, entre ellas no faltan aplausos, silbidos y vitoreos. Recuerdan que es ‘La última cita’, por lo que el público tiene que “disfrutar el presente” y no arrepentirse de no haber vivido el concierto al máximo.

Son las 23:30 horas, de repente, se despiden. Se apagan las luces. El público estático vitoreando. Casi cinco minutos eternos de incredulidad. Faltan muchas de sus canciones más famosas. Acordes. Vuelven a sonar acordes. El público enloquece. “Paseo por las huellas que dejan tus zapatos” se escucha. Es 'Escúchame mujer'. El público se deja la voz, si es que aún tienen. Saltos y abrazos. Emoción. Como si de una fiesta se tratase. Puede que lo fuese.

Tras la canción sale todo el equipo para recibir un aplauso, recuerdan que el final está cerca y dan las gracias repetidas veces por asistir a "la cita". Colocan cajones flamencos. Todos se sientan por el escenario. Aparece una mujer con un traje de flamenca. Empiezan a tocarle y ella a bailar. Arte. El público intenta seguir el compás. Un espectáculo: tanto por lo arrítmico que es la mayoría del público como por el talento de la mujer.

Tras ello, la canción más conocida y con la que se despidieron: 'Mi estrella blanca'. La mujer baila con el trío sevillano mientras cantan. Tres minutos que nadie quiere que acaben nunca. Pero el final llega. Acaba la canción y acaba el concierto. Las generaciones más mayores felices porque los han podido volver a ver. Las más jóvenes felices porque los han podido ver por primera y última vez. Una noche para recordar.

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