Ópera

Verdi viaja a la España del siglo XIX

El Teatro Cervantes cierra este fin de semana su Temporada Lírica con una version del clásico 'Il Trovatore' en plena Guerra de la Independencia Española

Foto de familia de los responsables de 'Il Trovatore'

Foto de familia de los responsables de 'Il Trovatore' / T.C.

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Enero de 1853, Teatro Apollo de Roma. Estreno de 'Il Trovatore'. Atronadores aplausos. Tercera representación: Giuseppe Verdi, agasajado con una corona de laureles con cintas rojas, se es acompañado a su hotel por una multitud de espectadores que empuñaba antorchas; una pequeña banda se colocó bajo el balcón de la habitación del maestro, decorada con flores, para tocarle música hasta la madrugada. Verdi acostumbraba a abandonar la ciudad que acogía cualquiera de sus óperas tras su tercera función. Esta vez, como agradecimiento, se quedó hasta la cuarta. Eso sí, el compositor no estaba del todo satistecho: «Habría funcionado mejor con otros cantantes». Este fin de semana, la ópera del italiano llega al Teatro Cervantes para cerrar la Temporada Lírica. Apenas hay entradas para las dos funciones.

Juan Jesús Rodríguez, Rocío Ignacio, Jorge de León y Carmen Topciu protagonizan una versión de 'Il trovatore' ambientada en la guerra de la Independencia Española y que se pondrá en escena el viernes 27 y el domingo 29 de mayo. Recordemos que hace unos días se cayó del elenco el barítono malagueño Carlos Álvarez por problemas de salud. El director de San Fernando (Cádiz) Carlos Aragón debuta en el foso del coliseo malagueño comandando a los solistas y a los profesores de la Orquesta Filarmónica de Málaga en este montaje escénico dirigido por Arnaud Bernard para el Teatro Nacional de Croacia en Zagreb, que traslada a los personajes del siglo XV a un marco político-revolucionario en la España de principios del XIX. Las voces del Coro de Ópera de Málaga, que dirige María del Mar Muñoz Varo, acompañarán a los solistas en esta historia, cómo no, sobre el amor, el honor, la venganza y las pasiones, que ha dejado para la historia de la música piezas inmarchitables y populares como el 'Coro de los gitanos' (y su indispensable yunque) y el aria 'Il balen del suo sorriso'. 

Con la idea de que la mayor cantidad posible de aficionados puedan disfrutar de la ópera, se volverá a invitar al ensayo general de hoy, miércoles. De esta forma, a las 8.30 horas de hoy se repartirán entradas en las taquillas del Cervantes (dos por persona) para la prueba general, que comienza a las 20.00 horas el mismo miércoles. 

'Il Trovatore' pone fin a la XXXIII Temporada Lírica del Teatro Cervantes, que ha acogido un recital de Juan Diego Flórez y las óperas Tosca y Rigoletto, clásicos indiscutibles del repertorio.

Con un cuadro de Goya

En un palacio yermo, el anciano conde de Luna -un ex militar napoleónico que participó en la guerra de la Independencia Española; época a la que el director escénico de esta versión de 'Il Trovatore', Arnaud Bernard, traslada la acción desde el siglo XV del original verdiano- vive atormentado por los remordimientos causados por un fratricidio.

Un gran cuadro de Goya, 'El 3 de mayo en Madri'd, preside la escena, ligando así el destino trágico de Manrico, el trovador, hermano del conde, al de los luchadores por la libertad, al de los fusilados en la famosa pintura del genio de Fuendetodos. El trabajo dramatúrgico genera así un marco político-revolucionario en el que se desarrolla el destino trágico de los personajes.

Unos personajes que aparecen ante el espectador como visiones fantasmagóricas del viejo Luna. De ahí que en el escenario veamos a dos condes, al que recuerda y al que da vida a los acontecimientos de un pasado que, obstinado, atormenta al anciano, perseguido por las implacables Furias.

'Il Trovatore' forma parte junto a 'La Traviata' y 'Rigoletto' de 'la trilogía popular' o 'de la intimida'd del compositor de Busseto, tres óperas que marcan su distanciamiento del Romanticismo. Aunque su trama continúa siendo medieval y existe el típico triángulo amoroso y trágico entre un tenor y una soprano entre los que se interpone un barítono rival, la belleza de la partitura y riesgos formales han garantizado su supervivencia en el repertorio.

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