Literatura

Laura Carneros da voz a jóvenes marcados por la crisis en su debut literario

La periodista malagueña narra en ‘Proletaria consentida’, publicada por Penguin Random House, la frustración, la rabia, la ansiedad y la incertidumbre a la que se enfrentan muchos jóvenes en situaciones de dificultad

La autora malagueña Laura Carneros.

La autora malagueña Laura Carneros. / JORGE ZAPATA / EFE

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La periodista Laura Carneros (Málaga, 1988) da voz a una generación marcada por las crisis en su primera novela, ‘Proletaria consentida’ (Penguin Random House), en la que narra la frustración, la rabia, la ansiedad y la incertidumbre a la que se enfrentan muchos jóvenes en situaciones de dificultad.

«Creo que somos una generación que nos hemos tenido que acostumbrar a cosas que son muy volátiles», explica en una entrevista con Efe la escritora, que cuenta que muchos se sienten desencantados, «hartos de intentar cosas», dar «tumbos de un lado para otro» y tener que adaptarse continuamente a diferentes crisis, como la económica de 2008, la pandemia de la Covid-19 o la generada por la guerra en Ucrania.

Carneros explica que, aunque la aspiración principal de su libro no ha sido representar una generación, lo que pretende es que la gente que se siente como ella encuentre un reflejo o un consuelo, por lo que, «inevitablemente», los problemas, circunstancias y la situación social de su generación están muy presentes.

En el autorretrato íntimo, familiar y generacional que presenta, la escritora y periodista explora la conciencia de clase porque, según explica, ella procede de una familia humilde de clase obrera y, cuando tuvieron que mantenerla económicamente, sentía que estaba «deshonrando» la clase a la que pertenece.

Cuenta que el título del libro surgió de ahí, en un momento de culpa y rabia hacia ella misma. «Si soy de clase obrera, es como si tuviera la obligación de trabajar y no tuviera derecho a que mis padres me mantuvieran. Parece que, si eres pobre, no te pueden consentir», afirma.

Fue esa conciencia de clase y el hecho de pertenecer a esa condición social lo que dio lugar a que se decidiera a escribir el libro.

«Sentí la necesidad de contar las situaciones complicadas que vivía, como que mi madre cuidó a mi abuela durante muchísimos años o que teníamos dificultades económicas porque pensé que no se hablaba mucho de eso, que no se conocían muchas historias así, así que sentí la responsabilidad de hacer algo con estas historias», indica la escritora.

En la novela narra, por ejemplo, que su padre le decía que en otoño no colocara la cama junto a la ventana porque en invierno pasaría frío; que, cuando algo se rompía en casa, era muy complicado que lo pudieran arreglar, o que tenían que tostar el pan en un palo que acercaban a una hornilla porque no se podían permitir un tostador.

Otro de los temas a los que da voz Carneros en «Proletaria consentida» es el sexo despreocupado y libre, pero que, en realidad, está lejos de ser pleno y auténtico.

Para la escritora existe un paralelismo entre la precariedad laboral y la sentimental porque, según cuenta, de la misma manera que es difícil encontrar una empresa que, después de formarte, te mantenga en plantilla, con las relaciones pasa algo similar, ya que -a su juicio- creamos relaciones desechables. «No estamos dispuestos a tener relaciones duraderas ni a iniciar nada serio porque en cuanto vemos algo que no nos gusta en la otra persona la dejamos», explica.

La salud mental es otro de los aspectos que más preocupa a la escritora y que ha tratado de reflejar en la novela. Cuenta que, aunque se habla bastante de ello, todavía hay mucho desconocimiento. «Es algo delicado porque, aunque ahora cada vez se habla más de ir al psicólogo, a la hora de la verdad, cuando te toca, te sientes muy sola», asegura.

Confiesa que, cuando ella necesitó ayuda, se refugiaba mucho en internet -a pesar de que sabía que no era lo más conveniente-, porque ahí leía casos de gente que se sentían igual y le hacía sentirse acompañada. Dice que, por ello, es necesario que haya más ejemplos concretos sobre personas que sufren ansiedad u otros trastornos mentales.

Laura Carneros ha escrito el libro en primera persona porque, según admite, es la manera de ponerse en la piel de otro.

«Hay gente que vive como en otras esferas, otros mundos, que difícilmente pueden conocer la realidad, porque conocen cifras o porcentajes muy genéricos, pero yo creo que las historias personales ayudan un poco a empatizar», asegura. Carneros, aunque dice no creer en que la realidad y las situaciones difíciles se pueden cambiar radicalmente, sí afirma que, visibilizando historias como la suya, se puede ayudar a que otras personas conozcan estas realidades y puedan llegar a entenderlas mínimamente.