Tribuna

Centenario del nacimiento de Antonio Fajardo

El compositor y músico malagueño Antonio Fajardo nos dejó hace ya bastante tiempo, pero su recuerdo permanecerá siempre vivo entre aquellos que tuvimos la inmensa fortuna de tenerle cerca.

Antonio Fajardo.

Antonio Fajardo. / Adolfo Fajardo

Adolfo Fajardo

Esta semblanza biográfica quiere de alguna manera volver a poner de relieve, con motivo del centenario de su nacimiento, la figura de Antonio Fajardo, malagueño de pro, que si bien no se dedicó de manera profesional a las bellas artes, en gran medida hizo de la música y la poesía su razón de vivir, demostrando un amor encomiable a su tierra, a la que dedicó la mayoría de sus composiciones musicales.

Antonio Fajardo Martín nace en Málaga el 11 de julio de 1922 en el seno de una familia humilde y trabajadora. Con apenas siete años de edad, queda huérfano de madre, circunstancia que unida al estallido unos años después de nuestra Guerra Civil y al forzado exilio de dos de sus hermanos mayores, Adolfo y Juan, provocará tenga que madurar prematuramente, comenzando a trabajar a los 16 años en la industria textil.

Desde muy joven siente fascinación por la música y la poesía; de forma autodidacta aprende a tocar el laúd con el impagable apoyo de su hermano Pepe. El laúd será para él inseparable compañero a lo largo de los años, alegrando su existencia en varias etapas de su vida, como su prolongado servicio militar, su juventud soñadora amenizando las tardes de baile de aquella época, su madurez sosegada, ya casado con Carmela y padre de tres hijos y su última etapa, en la que hizo algunas grabaciones domésticas junto a su hija Alicia (y a su amigo Miguel Domínguez).

Discípulo del recordado maestro Don Perfecto Artola, ingresa en la Masa Coral que él dirige, aprende solfeo, armonía e instrumentación y más tarde comienza a componer. La fantasía Romanza de Puerta Oscura, los pasodobles Mi Noble Tierra y Desde Gibralfaro amén de algunos boleros como Soñar sin esperanza y Vuelve a quererme, tangos como El Proscrito o Tu rencor y la rumba Rumba Ideal, representan la mayor parte del legado musical que nos ha dejado, de una sensibilidad exquisita y amor por Málaga.

Su faceta como poeta no es menos intensa e interesante, llegando a publicar parte de su obra en diversos periódicos y revistas de la época, década de los años cincuenta, consiguiendo algunos premios en los certámenes que por aquellos años organizaban los diarios locales Sur y La Tarde.

Caben de destacar especialmente, los conciertos que dio con su querido laúd, bien actuando como solista en el Liceo Peña Malaguista, emisoras de radio, como la desaparecida y archiconocida por los malagueños Radio Juventud y el antiguo conservatorio María Cristina o actuando junto a sus recordados amigos Miguel Domínguez y Pepe Millán en el Teatro Cervantes de la capital, en el que en los primeros días de 1960 obtuvieron el primer premio en el evento que allí se celebró (gala en beneficio de la campaña contra el chabolismo, patrocinada por la Peña Malaguista), con la participación de distintos artistas, interpretando el Intermedio de Las bodas de Luis Alonso con su trío Gibralfaro, gala final que presentaron entre otros, Tico Medina, María Teresa Campos y Diego Gómez, contando con la presencia de los famosos actores Fernando Fernán Gómez y Analía Gadé.

Su actividad docente es igualmente digna de consideración, pues estuvo al frente de las Rondallas de los colegios San Manuel de Málaga y La Milagrosa, de Torremolinos, en donde supo inculcar a sus alumnos y alumnas el amor que sentía por la música.

Apartado de toda actividad pública, prácticamente a partir de los años sesenta, no obstante sus principales y preciosas composiciones seguían interpretándose en el Recinto Musical Eduardo Ocón y en la plaza de toros La Malagueta, siendo el concierto que la Banda Municipal de Málaga ofreció en noviembre de 1994 en el Teatro Cervantes de nuestra capital y dentro del evento Homenaje a compositores malagueños, la última muestra de reconocimiento a su talento musical que él conoció en vida. Incluyeron en el programa su Romanza de Puerta Oscura (sus jardines, sus árboles, sus paseos, son musicalmente descritos en la obra de quien siempre ha tomado a Málaga como centro de inspiración).

Antonio Fajardo falleció una calurosa madrugada de agosto de 1996.

El 6 de noviembre de 2016 y en el recinto de la Plaza de las Flores de nuestra ciudad, la Banda Municipal de Málaga, dirigida por aquel entonces por Don Francisco Vallejo, tuvo a bien incluir en su programa de aquel día dos obras del autor, la Romanza de Puerta Oscura y el pasadoble Mi noble tierra, sirviendo así de homenaje por cumplirse en aquel año el 20º aniversario de su fallecimiento.

Antonio Fajardo nos dejó hace ya bastante tiempo, pero su recuerdo permanecerá siempre vivo entre aquellos que tuvimos la inmensa fortuna de tenerle cerca.