Pintura

Pepe Bornoy será nombrado Hijo Predilecto de Málaga

El paleño, completamente autodidacta, es uno de los artistas más señeros y queridos de la Costa del Sol

Pepe Bornoy, en una imagen de archivo. | LA OPINIÓN

Pepe Bornoy, en una imagen de archivo. | LA OPINIÓN / la opinión. málaga

La Opinión

La Asociación de Vecinos de El Palo y la Academia de Bellas Artes de San Telmo llevan años empeñado en algo que, por fin, va a ser realidad. La concejala de Cultura, Noelia Losada, llevará al pleno mañana, viernes, el nombramiento como Hijo Predilecto del artista Pepe Bornoy, uno de los creadores más queridos de la ciudad.

Pepe Bornoy (Málaga, 1942), en realidad, se llama José Manuel Cuenca Mendoza. Su padre, José Manuel, como su abuelo y su bisabuelo, luchaban en el mar para traer el sueldo a casa y su madre Antonia era conservera en una fábrica del Palo. Las playas del barrio envolvieron la infancia y adolescencia de Bornoy, que nunca pudo ir a un colegio pero suplió esta carencia con unas ansias enormes por aprender.

Niño de la posguerra y de familia con pocos recursos, Pepe empieza a trabajar con unos 8 años y a partir de ahí tuvo varios oficios: vendedor de agua en la playa, barrendero en El Palo y Pedregalejo, peón de albañil, carpintero...

Con 15 años envía su retrato fotográfico a la revista Picnic y gana un concurso de belleza y la posibilidad de hacer telenovelas en Madrid. «Pero mi padre me convenció de que era todavía muy joven». Así que cambia el rumbo por la escuela dramática de Guillermina Soto, en la que coincide con los locutores de Radio Juventud (María Teresa Campos, Julián Sesmero, Diego Gómez). Se convierte en el más joven del grupo y en ese mundo artístico empieza a conocer a los primeros pintores. La vida le da un duro golpe con 18 años, cuando fallece su padre y se convierte en cabeza de familia. Pepe tiene que mantener a su madre y a sus hermanas pequeñas y comienza a trabajar con pintores gracias a sus dotes de carpintería. «Me reciclé en carpintero y le hacía los bastidores a Brinkmann, a Barbadillo, a los pintores de entonces», destaca.

Su vocación artística, precisamente, se manifiesta un día en el taller que compartían el artista malagueño Paco Moreno Ortega y el húngaro Eugenie Korini. «Un día que no había nadie en el estudio cogí pintura y pinté un cuadro, pero con la timidez y la vergüenza de quien no lo había hecho nunca, lo puse contra la pared». Un buen día Moreno y Korini descubren la pintura anónima y muestran mucho interés en conocer al pintor desconocido. El joven Pepe confiesa su firma y se abren las puertas del mundo artístico. Nace el nombre artístico de Pepe Bornoy. «Era un homenaje a mi barrio», destaca. El bornoy es el nombre que los pescadores dan al corcho circular de la red.

Su pintura pasa por varias etapas: abstracción, los módulos geométricos de los 70, la pintura figurativa, la pintura digital... Pepe Bornoy no deja de investigar. También es impresor y hasta hostelero: regenta el Hotel del Pintor, en pleno Centro de la ciudad, enteramente decorado por él mismo.