Redes sociales

«TikTok ya se está yendo de madre»

Las escuelas de Seattle interponen una denuncia a las tecnológicas por el impacto de las aplicaciones en la salud mental de los adolescentes

Un joven usuario de TikTok.

Un joven usuario de TikTok. / TWENTY20 @DABOBABO

Helena López

Héctor Gardó, responsable de proyectos en la Fundació Bofill, pone un ejemplo muy gráfico: en los talleres de las escuelas tenemos sierras y martillos, y los repartimos entre nuestros alumnos, conscientes de que si no se los enseñamos a usar, se harán daño. «Ahora las herramientas más potentes que tenemos no son martillos ni sierras; son aplicaciones que se están descargando ellos solos, sin una supervisión», alerta Gardó, convencido de que el principal peligro radica en esa soledad.

«Lo que no podemos hacer es cubrir con prohibiciones problemas más grandes: la falta de acompañamiento de los niños, de los maestros… Tenemos un sistema educativo no lo suficiente maduro para hacer frente a esos retos. Todo va muy rápido y es muy complejo», reflexiona el doctor en Ciencias de la Educación.

A ojos de Gardó, iniciativas como la de las escuelas públicas de Seattle, en EEUU, que han interpuesto una denuncia a las grandes tecnológicas por el impacto de aplicaciones como Instagram y TikTok en la salud mental de los adolescentes, tienen valor en sí mismas: alzar la voz. Poner el problema en la agenda.

«Supone una bandera roja sobre una temática que es mucho más importante de lo que creemos», prosigue el responsable de proyectos de la Bofill. La demanda a la que se refiere señala que «los demandados han atacado los cerebros vulnerables de los jóvenes, enganchando a decenas de millones de estudiantes», y «peor aún, el contenido que los demandados seleccionan y dirigen a los jóvenes es a menudo dañino». El colectivo de profesores de la ciudad estadounidense está convencido de que el incremento de suicidios, autolesiones y depresiones es a causa de la «adicción» a estas plataformas, y no son ni de lejos los únicos que lo creen.

Sin pautas claras

La directora de las Associacions Federades de Famílies d’Alumnes de Catalunya (AFFAC), Lidón Gasull, corrobora que la gestión de las redes de sus hijos e hijas una de las grandes preocupaciones de las familias de los adolescentes. «¿Dónde está la línea? Si haces un control demasiado rígido, los expertos te dicen que puede ser nocivo porque puedes provocar que tus hijos no aprendan a discernir, pero si les dejas libertad total tampoco es bueno... No hay unas pautas claras y eso preocupa muchísimo a las familias», destaca Gasull, quien recuerda los alarmantes datos sobre los intentos de suicidio en chicas menores de 19 años, que aumentaron en 2021 un 181% con respecto al año previo.

«Las familias están perdidas. Hay un salto generacional que siempre ha existido, pero ahora es mayor. Cuesta mucho entender a los adolescentes. Saber cómo actuar...», prosigue la directora de la AFFAC, quien también apunta a la falta de tiempo de calidad para estar con nuestros hijos e hijas. «Es necesario un cambio de mentalidad sobre cómo organizamos el tiempo como sociedad. Si las familias pudieran pasar cada día un mínimo de tiempo de calidad para estar con sus hijos sería más fácil detectar qué les preocupa. Esa falta de tiempo para estar con nuestros hijos tiene un impacto en su salud mental», concluye.

Iolanda Segura, portavoz de Ustec, el sindicato mayoritario entre los profesores catalanes, coincide en que «el tema redes sociales y TikTok se están yendo de madre». «No se controlan y hay contenidos que pueden generar problemas emocionales graves, porque afectan directamente a la autoestima de unos adolescentes que están en unas edades en las que según qué mensajes les pueden incidir muy negativamente», reflexiona Segura, quien añade que aplicaciones como TikTok «son herramientas de destrucción emocional masiva».

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