Música

"Quiero mi MTV", el primer viral pre-internet que consiguió revolucionar la industria musical

El canal televisivo supuso un antes y un después en el desarrollo de la música de masas: su primer videoclip fue 'Video Killed The Radio Star' de The Buggles, aunque todo dio un giro de tuerca con 'Billie Jean' de Michael Jackson

Imagen del canal de televisión de música MTV.

Imagen del canal de televisión de música MTV.

Carmen López

El 1 de agosto de 1981, un grupo de jóvenes celebró con abrazos y lágrimas de alegría la imagen de la llegada del hombre a la luna que se emitió por televisión. Habían pasado 12 años desde que Buzz Aldrin puso la bandera de Estados Unidos en el satélite de la Tierra, pero en esta ocasión, las barras y las estrellas se habían sustituido por el logo del primer canal de música 24 horas en televisión. Acababa de nacer el fenómeno MTV, aunque muy poca gente vio que el primer videoclip que se emitió en el canal fue, por supuesto, Video Killed The Radio Star de The Buggles. De hecho, sus responsables lo hicieron desde un bar de Fort Lee, Nueva Jersey, porque en Nueva York no se podía sintonizar. La televisión por cable aún estaba en pañales y la idea de un espacio de música continua orientado al público joven no convencía a los operadores sin amplitud de miras. Nadie se imaginaba la importancia de lo que acababa de ocurrir.

Esta es una de las anécdotas que se cuentan en el documental MTV. La revolución del videoclip (2019) de Tyler Measom y Patrick Waldrop que se estrenó el 27 de julio en Movistar Plus +. Se trata de un recorrido por su historia con testimonios de sus impulsores, un grupo de jóvenes que no tenían ninguna experiencia en televisión pero sí muchas ideas y ganas de divertirse. Según los recuerdos de los entrevistados, las oficinas de la empresa se parecían a lo que décadas más tarde trataron de replicar las startups de Internet de manera forzada. Vivían casi en el estudio pero también salían todas las noches, se codeaban con las grandes figuras de la música rock, saltaban de fiesta en fiesta. No había horarios marcados, solo había que esforzarse y ser muy creativo. Se parece a la épica de empezaron en un garaje solo que aquí había guitarras, gente cool y poco dinero.

Aunque lo tenían todo para triunfar, ninguna de las dos industrias de las que dependían -la tele por cable y la musical- confiaban en el proyecto, así que no tenían demasiados fondos pero sí creatividad. Por ejemplo, consiguieron hacer la primera campaña viral antes de que el propio concepto existiese. George Lois, curtido en mil batallas publicitarias y metido en el equipo de MTV, recordó un anuncio de cereales protagonizado por famosos que decían “Quiero mi Maypo” y decidió modificar la idea levemente. Se puso en contacto con su amigo Mick Jagger para que se grabase en vídeo diciendo “Quiero mi MTV” (su satánica majestad aceptó por el módico pago de un dólar). Por su parte, John Sykes, cofundador de MTV, acudió a Pete Townshend, de The Who, con la misma petición. El mod también dijo sí y poco a poco consiguieron que un buen grupo de famosos de la música convenciesen a los jóvenes de Estados Unidos para que llamasen a sus operadores de televisión por cable para decirles “Quiero mi MTV”. Arrasaron.

Aunque el primer videoclip considerado como tal fue el A Hard Days Night de The Beatles (1964), el formato no había triunfado aún en Norteamérica. De hecho, la idea primigenia de MTV salió del trabajo de Michael Nesmith, de The Monkees, con el vídeo de la canción Rio que entusiasmó a la discográfica. Este se dio cuenta de que ahí había un filón para captar al público joven y creó el piloto de la MTV: PopClips. Con ese ejemplo y junto a Robert W. Pittman convenció a los ejecutivos de Warner-Amex Satellite Entertainment para que diesen vía libre a su proyecto de canal de música 24 horas.

Pero cuando echaron a andar, llegó uno de los primeros problemas: no tenían videoclips suficientes como para rellenar el tiempo sin repetirse demasiado o poner clips que no apestasen. De ahí que mirasen a Reino Unido, país mucho más avanzado en esta disciplina gracias a programas como Top Of The Pops, determinantes a la hora de vender discos. Aquel formato de vídeo tenía un coste ridículo y un retorno de la inversión increíble, así que lo tomaron para ellos y dieron en el clavo. La maquinaria del dinero empezó a funcionar a toda mecha.

El segundo gran problema llegó cuando ya habían alcanzado el éxito. El artista Rick James acusó a la cadena de no emitir apenas vídeos de artistas negros. La excusa de los responsables fue que en el canal solo se ponía rock and roll y apenas había artistas racializados en ese género, pero era tan fácil encontrar ejemplos que desmontasen la premisa que no consiguieron librarse de la incriminación de racismo. El mismísimo David Bowie dejó en evidencia a la cadena en mayo de 1983, cuando en una entrevista preguntó directamente a su entrevistador que por qué no ponían música de artistas negros. La respuesta balbuceante no ayudó en absoluto.

El Billy Jean de Michael Jackson fue la solución al problema, así como la introducción –a regañadientes– del rap en su programación. La música de guitarras ya no era el único género de la juventud -de hecho, los vídeos de metal con sus melenas, explosiones y chicas semidesnudas ya eran casposos a mediados de los 80- y no tuvieron más remedio que adaptarse. La propia evolución de la cultura fue la que hizo que, poco a poco, la MTV dejase de ser un canal de videoclips para introducir otros contenidos que pusieran al público en pantalla hasta llegar a ser el contenedor de realities que es ahora, aunque antes inventaron otros hitos de la cultura pop ligados a su nombre como los MTV Video Music Awards.

Qué pasó en España

La MTV tardó años en llegar a España y cuando lo hizo no todo el mundo tuvo acceso a ella. Fue en el año 2000 y solo los socios de Canal + podían verla. La periodista musical Beatriz Rodríguez, que firma en medios como Los 40 Principales o Cultura FNAC, recuerda cómo grababa en VHS sus videoclips preferidos que emitían en la MTV original. “Más tarde, surgió MTV2, que era como más alternativo, y ahí lo gozaba muchísimo viendo vídeos que acompañaban a temazos de Placebo, Queens of the Stone Age o The White Stripes, entre otros”, sostiene. Además, también señala a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, que “con la llegada de MTV Spain, recuerdo el MTV Kabuki, con Guillem Caballé, el descubrimiento de Deborah Ombres o el repaso que daban en MTV Select, con Miguel Such y Claudia González”.

El canal pasó a estar disponible en la televisión digital terrestre en el año 2010, aunque en 2014 volvió a ser de pago. Por entonces, su carácter original de canal de musical 24 horas ya había desparecido. Pepo Márquez, líder de la banda The Secret Society y CEO en Big Audio Media, dice a este medio que: “La mutación de la MTV en un canal de telerrealidad es parte de una tendencia global que empezó hace aproximadamente 15 años y que en España transformó los medios musicales tal y como los conocíamos: la Rolling Stone pasó de ser una revista de música de referencia a un catálogo lifestyleEl País de las Tentaciones acabó cerrando; Los40 dejaron de programar música de guitarras o la única música en directo que se podía ver en TV era la de los concursos de talento”.

Él conoce bien el funcionamiento de la industria musical, tanto por su faceta como artista como por su experiencia laboral, ya que durante años trabajó en sellos como Universal, Rolling Stone, PIAS o YouTube Music. Según su opinión: “El desarrollo de la música de masas desde principios de los 80 hasta hoy hubiera sido diferente sin la MTV. Gracias a ella, el vídeo musical se convirtió no sólo en una herramienta de promoción sino en un arte en sí mismo y el éxito en la carrera de los artistas pasaba necesariamente por tener éxito en el canal”.

Además, Márquez también señala el talento de las cabezas pensantes de la empresa para transformar también la música grabada. “Crearon espacios como MTV Unplugged, dejando momentos únicos para la historia (como el MTV Unplugged de Nirvana o el de Eric Clapton, por poner dos ejemplos icónicos). Durante algunos años, fue vanguardia y casi cualquier estilo se vio afectado por su influencia: el metal con el programa Headbangers Ball, el hip hop o el rock alternativo con 120 Mins”, dice.

Rodríguez también considera que fue un fenómeno cultural de altas dimensiones. “Dio a conocer a varias generaciones la cultura pop. Sobre todo, a la mía, que he cumplido ya 40. Los hijos de los 90 recordamos aquellos momentazos en los que se censuraba una parte del videoclip de Ava Adore de Smashing Pumpkins hasta que no lo emitían a las doce, o las alfombras rojas de los MTV Awards de la época, tanto con músicos como con intérpretes de la época como Winona, Gwyneth, Ethan y todas las grandes estrellas del momento”. La periodista, como mucha más gente, no ha llegado a entender aún el porqué se acabó convirtiendo en un contenido de realities. “Debería haber seguido con la función cultural que tan bien desempeñó durante lustros. Lo que vino a continuación, a mi juicio, fue otro atentado más contra la música, un bien que no sabemos salvaguardar como se merece”, afirma.