Latin Grammy: sigue la maldición de Pablo Alborán

Llevaba más de una veintena de nominaciones (en realidad, 29 con las 5 de esta edición), cosechadas con paciencia e ilusión a lo largo de su carrera, y hasta ahora no había conseguido transformar ninguna en ese pequeño gramófono dorado, brillante que acredita a los ganadores. Anoche tampoco Pablo Alborán logró deshacerse de la que él mismo considera una especie de maldición en los Latin Grammy. Que la gala se celebrara en Andalucía (en Sevilla) no fue tampoco talismán.

«Que te inviten a estar aquí ya es todo un premio», decía minutos antes de la entrega de premios, en la alfombra roja, el malagueño. Partía como uno de los grandes favoritos (era el cantante español con más candidaturas de esta edición) pero tampoco pudo ser. Tuvo que conformarse un año más, y van unos cuantos, con el premio de estar candidato. Tampoco otra boquerona, Vanesa Martín, logró convertir en estatuilla sus dos nominaciones.

Andalucía

Por primera vez en su historia los populares premios que destacan lo mejor de la comunidad musical latina salieron de EEUU (tradicionalmente se celebran en Miami) para viajar a Sevilla. El Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital hispalense acogió un espectacular desfile de personalidades del mundo en español, con más de 4.000 invitados entre los que destacaron, claro, los triunfadores y los candidatos.

La noche la abrió otro malagueño, Antonio Banderas. El icono y precursor de la expansión de la cultura latina comenzó la gala ejerciendo de anfitrión: «Bienvenidos a la noche más importante de la música latina; bienvenidos a España, bienvenidos a Sevilla, bienvenidos a mi querida Andalucía», expresó el malagueño, quien desgranó brevemente las excelencias culturales de la comunidad en un speech muy sentido. Horas después volvería a subirse al escenario, esta vez para recibir el Premio de la Presidencia de 2023 por la Academia Latina de la Grabación, por «su dedicación y su trabajo incansable por promover y enriquecer las artes y la cultura a nivel mundial».

Entre lo más destacado de la resto de la gala de los Latin Grammy, momentos para el recuerdo como el triunfo de Shakira y Bizarrap con su canción de despecho contra Gerard Piqué, expareja de la colombiana, y al subirse al escenario con sus dos hijos con el futbolista para entonar la canción que comparten, Acróstico. También hubo mucho de salseo en la espectacular actuación de Rosalía con la que se abrió la lista de interpretaciones: se vistió de Rocío Jurado para cantar Se nos rompió el amor, el inmortal certificado de defunción de una relación, y lo hizo con su exnovio, el cantante y bailarín Rauw Alejandro, entre el público. Minutos más tarde, el puertorriqueño hizo su versión de Se fue, de Laura Pausini (la italiana es el Persona del Año de los Latin Grammy), en lo que muchos vieron un guiño directísimo a la decisión de la catalana de romper la relación que mantenían.

El año que viene, más Latin Grammy en Andalucía. Ojalá con Pablo Alborán ganando alguno.