Para muchos, el pasado Día de Andalucía queda lejos en la memoria. Pero Isa Guerrero Muñoz (Málaga, 27/09/1975) intenta que esa fecha no se aleje demasiado en el tiempo. Fue su último encuentro como futbolista, frente al Eibar en el Estadio Ciudad de Málaga. Atrás quedan 17 años de carrera futbolística, todos con el Atlético Málaga, en los que ha logrado innumerables éxitos, entre ellos los dos ascensos a la Superliga femenina, en las campañas 1995/96 y 2007/08 y, sobre todo, el triplete de la temporada 1998/99, al ganar el conjunto malagueño los títulos de Liga, Copa de la Reina y Supercopa de España, un hito difícil de olvidar.

Aún no tiene asimilado del todo que ha colgado las botas, pero poco a poco va haciéndose a la idea. Es su maltrecha rodilla izquierda, de la que se operó el pasado 2 de marzo, la que se lo recuerda cada día, cuando hace rehabilitación por las mañanas en Carranque, o bien cuando siente algún dolor.

"Hace tres años, cuando no subimos, ya pensé que iba a ser mi última temporada; los problemas físicos se acentuaban, el día a día se hacía largo, pero me propuse dejar al equipo en División de Honor y eso me hizo seguir, aunque infiltrándome", recuerda la mejor futbolista malagueña que ha dado la historia, quien finalmente consiguió su objetivo. Ahora, lejos del balón, seguirá trabajando para el equipo como delegada, un puesto sin remuneración.

Toda una vida dedicada al fútbol, a su Atlético Málaga, a su Málaga. Desde el 2 de noviembre de 1992 al 28 de febrero de 2010. Ahí es nada. Isa Guerrero recuerda como si fuera ayer su estreno, un derbi contra el Híspalis –ahora, el Sevilla– en Ciudad Jardín. Sus inicios fueron de lateral derecho, aunque pronto jugó de central o de líbero, hasta convertirse en una de las mejores centrocampistas de España. "Me ha faltado jugar de portera y de delantera, pero Manolo nunca ha confiado en mí de cara al gol", señala sobre Manuel Hernández Navarrete, técnico del Atlético Malagueño.

"Es el único entrenador que he tenido y para mí es el mejor que he podido conocer. Es una persona sencilla, que nos ha enseñado a amar el fútbol, con cariño e ilusión. Te enseña a ser tú misma", expresa sobre quien ha compartido con ella estos 17 años, no sólo en el Atlético Málaga, sino también cuando el árbitro de turno pita el final del partido. Y es que luego trabajan, codo a codo, como agentes comerciales , como representantes de ferreterías. "Llevamos varias fábricas de toda España", sostiene esta carismática jugadora, que recuerda con cariño a aquellas personas que han marcado su carrera deportiva. "Es difícil señalar a tres o cuatro, porque me olvidaré de algunas, pero además de Manolo, hay jugadoras de cada época, dirigentes del club, representantes del mundo de la política y de las instituciones, etc. No quiero decir nombres, porque seguro que me dejo alguien en el alero, pero he tenido muy buenos amigos y amigas".

"El fútbol lo ha sido todo para mí. He crecido de la mano del fútbol, me ha hecho ser lo que soy, conocí a una persona especial con la que lo comparto todo, como es Manolo. El fútbol me ha llevado de la mano", comenta esta licenciada en Educación Física, que no contempla una vida sin estar ligada al deporte. "Al que sea, porque me gustan todos los deportes", señala ilusionada como el primer día.

Grave lesión

Desplazamiento de rótula y rotura del ligamento externo y del cartílago de la rodilla izquierda. El diagnóstico suena fuerte, pero peor es la intervención quirúrgica y, mucho aún, las sensaciones en los días posteriores. "Cuando te operan no te das cuenta de nada, porque estás anestesiada. Pero el otro día volví a pisar el campo y me dije ´uy, esto ha cambiado". No ha sido una lesión de un día para otro, sino que se ha producido de forma paulatina. Isa Guerrero fue notando, de manera progresiva, el desgaste de la rodilla hasta que dijo ´basta´. Ni siquiera puede conducir aún, ya que está en fase de rehabilitación. De la piscina a los ejercicios con el fisioterapeuta. Y por la tarde, a trabajar, casi todo el tiempo vía telefónica, porque apenas puede (ni debe) moverse. Eso sí, a la hora de hacer un balance, se queda con lo positivo, que le da un repaso a lo negativo.

"El mejor recuerdo que me llevo es las personas que he conocido: compañeras, directivos, Manolo, periodistas, autoridades, jugadoras de otros equipos. La gente que me ha dado tanto me vale más que los títulos conseguidos". No obstante, es imposible olvidar cuando, en Aranda de Duero, el Atlético Málaga se proclamó campeón de la Liga española.

"Quedamos 2-0 y yo marqué el primero, de penalti. Temblaba entera yo. Se lo hicieron a Auxi, que hizo el segundo. Fue contra el Añorga de San Sebastián, ahora Real Sociedad. La afición nos trató genial, vestíamos igual que el equipo local, nos desplazábamos en su autobús... La única pena es que a partir de ese año fue cuando se jugó competición europea. Ojalá se hubiera hecho antes".

El día que más lloró

También hubo instantes duros, como el título de Liga que no se logró en la campaña 2006/07. "Aquel partido contra el Colegio Alemán de Valencia... Fue una temporada muy dura, tuvimos algunas de opciones de subir y nos la quitaron de golpe. Nunca recuerdo haber llorado tanto. Le dije a mis compañeras que no hablaran de eso en una semana. Fue uno de los peores días de mi vida", asegura.

Pero del llanto a la risa hay una fina línea. Y enseguida recupera el semblante cuando menciona una de las mil anécdotas que le han sucedido en su carrera.

"Recuerdo con cariño la primera vez que viajamos para jugar contra el Barcelona en el Mini Estadi, retransmitido por la TV3 catalana. Domingo por la mañana. La expectación era total. Si ahora tenemos pocas subvenciones, entonces no había ninguna. Fuimos en el Tren Picasso, en coche-cama. Llegamos a Barcelona a las nueve y preguntamos dónde estaba el campo. "Está cerquita", nos dijeron. Después de no haber pegado ojo en el tren, cargadas con las mochilas, aparecimos en La Rambla. Llevábamos 40 minutos andando desde la estación de Sants y paramos a desayunar. Preguntamos de nuevo y nos comentaron que estaba a una hora andando. Cuando al fin llegamos, hechas polvo, apareció el aparcoches del estadio. "Pero, ¿dónde habéis aparcado?" Le dijimos que el chófer dejó el autobús lejos para ir a desayunar. Lo mejor es que ganamos 3-4. Alicia, que precisamente ahora juega en el Barça, metió un zapatazo que nos dio el triunfo".

Isa Guerrero sólo tiene una espina clavada. "La escuela de fútbol para niñas". "Málaga está vacía en este apartado. No hay dinero para traer jugadoras de fuera. Aquí hay una buena cantera, como se demostró cuando conseguimos el triplete y todas las chicas éramos de Málaga y la provincia. Vamos a los colegios y vemos que hay cantera. Sería un sueño ver a las niñas desde chiquitillas y luego triunfando. Tenemos el respaldo de Unicaja y esperamos que este año sea el definitivo del proyecto. A las niñas del Huelva, por poner un ejemplo, se les paga 800 euros a cada una. No podemos competir con esto".

Ojalá sea así, y ojalá Isa Guerrero, un ejemplo a seguir, reciba la insignia de oro y brillantes por su brillante carrera. Porque se lo merece. El fútbol malagueño se lo debe. Y el Málaga CF debería dar ese paso, en reconocimiento a su trayectoria.