VIAJE OFICIAL

Sánchez elude abordar la pugna por Telefónica en su viaje a Arabia Saudí

El presidente del Gobierno se verá con el príncipe heredero y jefe de facto de Gobierno, Mohamed bin Salmán, en su viaje al país del Golfo en pleno terremoto accionarial en la teleco

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, en la reunión del G20 en Osaka (Japón), en junio de 2019.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, en la reunión del G20 en Osaka (Japón), en junio de 2019. / EPE

Mario Saavedra | David Page

Es el primer viaje de un presidente español a Arabia Saudí desde 2009. Pedro Sánchez aterrizará este martes por la tarde en Yeda, la segunda mayor ciudad del país del Golfo Pérsico. Se verá con el todopoderoso Mohammad bin Salmán, el príncipe heredero que de facto dirige el Gobierno del país. Tratarán sobre la guerra en Gaza, de un eventual reconocimiento del Estado de Israel por parte de Riad y de las posibilidades de inversión españolas en el país. De lo que no hablarán, según confirman fuentes del Gobierno, será del desembarco de Saudi Telecom (STC) en el accionariado de Telefónica ni tampoco de la respuesta del Ejecutivo español, que ha iniciado ya la compra de acciones de la teleco española para contrarrestar el plan saudí.

Y aunque abordar el asunto no está en la agenda oficial ni en las pretensiones de la delegación española, subrayan las mismas fuentes, el Gobierno español tiene una respuesta preparada por si Riad saca el tema de la pugna por Telefónica. Una respuesta que estará en línea con lo que durante estos meses han defendido La Moncloa y los diferentes ministerios concernidos con declaraciones y ahora también movimientos reales de inversión: quiere mantenerse la autonomía y la españolidad de la compañía porque es estratégica y clave en cuestiones de seguridad nacional y de defensa.

Saudí Telecom, la operadora controlada por el Estado saudí, mantiene sus planes de alcanzar una participación del 9,9% y el Gobierno español ya toma medidas para contrarrestarlo. De momento, la teleco saudí cuenta con un paquete directo del 4,9% y derivados financieros por otro 5% adicional que aún debe ejecutar. STC debe pedir permiso al Gobierno si quiere ejercer un control accionarial en Telefónica por encima del 4,9% o, sin superarlo, si pide un asiento en el consejo de administración del grupo español.  

Moncloa rechaza confirmar o desmentir si Arabia Saudí ha enviado ya la petición formal de permiso para la compra. No están obligados a hacerlo público. Pero recuerdan que el anuncio se hizo en septiembre, hace siete meses, y que el Consejo de Ministros tiene formalmente un plazo para responder a favor o en contra de la solicitud de tres meses (aunque puede ampliarse todo lo necesario si se pide información adicional a la compañía árabe).

El presidente del Gobierno inicia esta tarde una gira por Jordania, Qatar y Arabia Saudí. La realiza en el marco de la guerra en Gaza, que ha segado la vida de más de 32.000 palestinos, en represalia por la muerte de 1.200 israelíes el pasado 7 de octubre. Además del componente político (Sánchez ha prometido reconocer el Estado palestino esta legislatura y promueve una conferencia de paz), hay un fuerte interés económico, especialmente en las etapas de Arabia Saudí y Qatar.

Un núcleo duro español frente a Arabia

Sin esperar a la petición de Riad, el Gobierno ha empezado a ejecutar su plan para defender la españolidad de Telefónica y ha iniciado ya el desembarco del Estado español en el accionariado del grupo con la compra de una participación del 3% a través de Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Fuentes del mercado apuntan a que el Estado podría controlar ya un 2% adicional a través de derivados financieros (elevando de manera virtual su participación hasta el 5%).

El Consejo de Ministros aprobó en diciembre un movimiento estratégico y autorizó a la SEPI comprar una participación del 10% de la compañía, para blindar una compañía que considera estratégica por su vinculación con la seguridad nacional y la defensa y confirmando así el regreso del Estado al accionariado de la teleco un cuarto de siglo después de su privatización total. El Ejecutivo ya ha confirmado que pretende completar su objetivo de alcanzar el 10% y convertirse en su mayor accionista “lo más rápido posible”.

La entrada de la SEPI permite ir conformando un reforzado núcleo estable de socios españoles en su intento de blindar el control del grupo. El nuevo núcleo duro de accionistas españoles lo integrarán la propia SEPI, junto a BBVA y Caixabank, los dos grandes socios que han venido dando estabilidad accionarial a la compañía y que tienen intención de seguir haciéndolo. BBVA cuenta con una participación del 4,87% y Caixabank acaba de recortar su participación en Telefónica del 3,5 al 2,5%, pero cuenta con otro 2,5% en manos de Criteria, el brazo inversor de Fundación Caixa.

Plan de inversiones saudí

Saudi Telecom, la mayor operadora de telecomunicaciones de Arabia Saudí, está controlada por la familia real y es propiedad en un 64% del Fondo Público de Inversión saudí (PIF en sus siglas en inglés). PIF es el principal vehículo inversor del país y uno de los más grandes del mundo, con unos 860.000 millones de euros en activos.

Arabia Saudí presenta oportunidades de inversión importantes. Es una economía muy rica, con 63.000 euros de renta per cápita, más del doble que en España. Especialmente por el plan Saudi Vision 2030, con el que Bin Salmán quiere diversificar una economía basada en el monocultivo del petróleo. Se estima que sus reservas de petróleo durarán unos 90 años como máximo.

En concreto, el objetivo es elevar las exportaciones de productos no petrolíferos desde el 16% actual hasta el 50% en los próximos siete años. Han liberalizado algunos sectores de una economía profundamente estatalizada y controlada desde Palacio. Quieren atraer turismo e inversiones; que se instalen grandes corporaciones en el país desértico. Y llevar la contribución del sector privado hasta el 65% del PIB antes de 2030.

En este contexto, Sánchez se reunirá en Yeda con representantes de algunas de las grandes compañías españolas con sede en el país. Entre todas han conseguido grandes contratos del petroestado por valor de más de 17.000 millones de euros, según las mismas fuentes. Hay varias empresas públicas tratando de ganar contratos públicos, como Navantia, Airbus o Indra. En Arabia Saudí, firmas españolas llevan a cabo proyectos como el tren de alta velocidad entre Meca y Medina, desaladoras o proyectos de construcción.

Uno de los cinco pilares es el proyecto saudí de eco-ciudad futurista The Line (la línea), un enclave en medio del desierto en el que se pretenden levantar dos enormes muros de espejo enfrentados de 500 metros de alto y 170 kilómetros de longitud.

Dentro se quiere levantar una ciudad con bloques de apartamentos, taxis aéreos y mucha vegetación a la sombra de los espejos, además de una línea de tren que conectaba de lado a lado la construcción faraónica. Se trata de un plan real (ya hay excavadoras, arquitectos y constructores desarrollándolo en la provincia de Tabuk, al noroeste de Arabia Saudí), aunque su futuro es incierto. Desde el Gobierno, sin embargo, lo subrayan como una de las oportunidades de negocio para las empresas españolas.