Cuentos

Una puerta de entrada al reino de Alice Munro

Lumen reedita ‘Todo queda en casa’ una memorable selección de los mejores cuentos de Alice Munro, seleccionados por ella misma, para degustar la literatura de altos quilates de esta Premio Nobel

Alice Munro

Alice Munro / La Opinión

Leer a Alice Munro, justísimo Premio Nobel en 2013, es pasar de la perplejidad al asombro; al encantamiento y la fascinación. Nadie como ella convierte la aparente simplicidad de lo cotidiano en literatura densa y profunda en sus revelaciones. Es algo excepcional. Lumen editorial, recupera ahora ‘Todo queda en casa’ una selección de los mejores cuentos de Munro, seleccionados por ella misma, que nos permiten abrir la puerta de su grandioso reino literario.

Pocos saben describir, con esa aparente facilidad y sensibilidad con que dibujan los niños, los estilos de vida, costumbres y valores de la gente común, a menudo revelando en el proceso de significados ocultos y las tragedias personales. Su estilo ha sido descrito como maravillosamente transparente, es sentimental y detallado como en una fotografía, tanto que incluso las corrientes subterráneas son extrañamente conmovedor e inquietante. Por regla general, los personajes de Munro son personas que conocemos todos los días, pero sus decisiones no son evidentes. A veces, un cambio pequeño, un incidente el curso de su vida, le da una nueva perspectiva, o proporciona una pieza clave para la historia. Percibir y describir esos momentos le han permitido escribir los mejores cuentos publicados en el siglo XX. Tiene esa sensibilidad especial, que quizá solo anida en las mentes geniales, para contar en treinta páginas lo que otros no consiguen en novelas inconmensurables. Ese saber capturar la vida en pajarera de gorrión y no en jaula de león, sin desdeñar matices, hace de esta escritora canadiense una portentosa maestra del relato corto.

Munro descubrió desde sus inicios la grandeza de lo ordinario. Qué difícil es contar la simple visita de una mujer a casa de sus ancianos padres, o la vida diaria en una granja. Munro supo poner la lupa en los personajes que protagonizan estas escenas cotidianas y extraer la emoción, la tensión, las pasiones que terminan poniendo esas vidas al borde de decisiones inesperadas.

De entre todos esos personajes domésticos que pueblan su mundo literario, Alice Munro dibuja a la mujer como su personaje genérico y esencial de sus relatos. Esa mujer casi anónima, pero valiente es su heroína, el corazón latente de su actividad literaria, de manera que el papel de la mujer está en los relatos de Munro, ha hecho más por la mujer, por su condición central en el mundo, que legiones de feministas. Sin cupos y sin listas cremallera. Las ha retratado con sus mil caras posibles. Las hay conformistas o cohibidas, las que se encierran en la devoción de cuidar al marido o a los hijos; las hay capaces de huir y abandonar su presente en busca de un futuro distinto y de renunciar a la respetabilidad social; las hay dispuestas a conquistar su futura a cualquier precio, mujeres de temperamentos rocosos y decididos, dispuestas a no dejarse avasallar por la animalidad del hombre. Ella misma es ejemplo de ello. La escritora no pudo terminar sus estudios universitarios. Se casó muy joven y rápidamente comenzó a tener hijos, pero se negó a acatar el dictado de un entorno social machista y provinciano y empezó a escribir cuentos cuando sus hijas dormían la siesta. Y después siempre buscó su espacio, su «habitación propia» para hacer de la escritura su timón de vida. Munro no publicó su primer libro de cuentos ‘Danza de las sombras’ hasta 1968, cuando contaba con 37 años, pero muchos de esos relatos datan de 1950, cuando decidió iniciarse.

‘Todo queda en casa’ reúne veinticuatro relatos seleccionados por ella misma entre sus mejores escritos, lo hizo como despedida de su tarea de escritora Son relatos que abarcan toda su vida literaria.

Resumen, por tanto, el trabajo de una vida dedicada hurgar con maestría en las relaciones familiares, la fidelidad matrimonial o el amor entre hermanos, siempre con ese grado de tensión y hondura que le dan el atractivo esencial a estas historias del día a día. Editorial Lumen que ya publicó este volumen en 2015 vuelve a recuperarlo ahora para convertirlo en acontecimiento, pues siempre lo es el que Alice Munro nos abra la puerta de su grandioso reino literario.

Destacaremos tres de ellos que tienen entidad propia y han conseguido editarse de forma independiente. En ‘La vista desde Castle Rock ‘son relatos mas personales donde Munro reconstruye la historia de su familia en una ficción imaginada magníficamente. Munro logra fundir a través de estos relatos los hechos y las leyendas que forman su legado familiar. Ofrece una versión ambivalente y con matices ficticios de su propio pasado: desde sus ancestros de Castle Rock en el siglo XVIII hasta la ambición frustrada de sus padres en el Canadá de los cincuenta; desde la experiencia de unos inmigrantes escoceses, quienes no tardan en descubrir que la vida en la tierra soñada no será la de un cuento de hadas, hasta el día a día de la rural Ontario.

En ‘Mi vida querida’ recuerda su infancia en Wingham, Ontario, el pueblo en que se crió. Sus dificultades para hacer amigos en la escuela; su empeño en no abandonar sus estudios; el negocio de su padre criando zorros plateados que se fue al garete y se colocó en la fundición; la temprana apparkinsonarición del parkinson en su madre, y como a pesar de tantas dificultades fue una vida feliz.

En ‘Demasiada felicidad’ Munro abandona sus retratos de ficción para adentrarse en la vida de Sofía Kovalevki, una brillante matemática rusa que peregrinó por toda Europa en busca una universidad que le permitiera dar clase cosa vetada entonces a las mujeres. A su vez ella persigue también encontrar la felicidad al lado de su amante y primo Maksim Kovalevki, Consiguió finalmente ejercer la enseñanza en la Universidad de Estocolmo, pero no la felicidad que buscó en los últimos años al ladode asu primo, el sociólogo Maksim Kovalevski.

Se puede seguir hablando de Alice Munro, que ha convertido el relato corto en joyas literarias salidas de su pluma, pero es más hermoso adentrarse en sus escritos donde palpita una belleza natural. De manera que al leerla se sentirán conmocionados, pero la conmoción pasará y quedará para siempre el sabor dulce de su talento.

Todo queda en casa

Autora: Alice Munro

Editorial: Lumen

Traducción: Marcelo Cohen, Eugenia Vázquez, Flora Casas, Isabel Ferrer, Carlos MIlla y otros

Precio: 28,40 €