Filosofía

Hannah Arendt y los derechos humanos

La filósofa Hannah Arendt traza en ‘Nosotros, refugiados’ una clara semblanza de la condición de refugiado y de su pérdida de humanidad, al perder un concepto clave desde su perspectiva, identidad

Hannah Arendt.

Hannah Arendt. / L. O.

María Gaitán

María Gaitán

Hannah Arendt, historiadora, politóloga, filósofa y socióloga. Fue alumna del gran filósofo y poeta alemán Martin Heidegger y es considerada como una de las filosofas más influyentes del siglo XX. Tanto es así que, si queremos hablar sobre cualquier tema relacionado con los derechos civiles y humanos, necesitamos hacerlo de su mano. Dio voz y nomenclatura a la mayoría de los conceptos básicos en la Filosofía de los Derechos Humanos. Su pensamiento trata de poner orden en la amalgama de conceptos superpuestos que eran los derechos humanos.

Es de origen alemán, pero se nacionalizó estadounidense. De religión judía, es esto último lo que va a marcar su pensamiento, ya que vivió el lado más cruento del régimen nazi. En el libro que nos ocupa, ‘Nosotros, refugiados’, de la editorial Altamarea, Arendt nos pone cara a cara ante alguien que lo ha perdido todo porque, como bien explica ella, un refugiado no es nadie, no pertenece a ningún sitio, no tiene nada. Estamos ante un manifiesto político sobre las migraciones, que si bien fue escrito en 1943 es tan válido hoy como lo fue entonces. Es esa capacidad atemporal de Hannah Arendt la que consigue que siga siendo la filósofa a la que hay que consultar sobre derechos. Este libro no sólo es el testimonio existencial de una apátrida, sino que constituye una lectura fundamental para quien quiera orientarse en el mapa político actual en el que aumenta el número de quienes se ven atrapados entre fronteras nacionales y son considerados cuerpos extraños, residuos de carne y hueso. Es esta indefensión que ella sintió en primera persona la que hace que reflexione sobre el papel de los estados y la sociedad ante la situación de los refugiados. Poner el foco en la humanidad, en la noción de ser humano, esa es la clave que nos da Arendt en este libro. Cuando lo has perdido todo y te quitan, además, la capacidad de relacionarte con tu entorno, de ser igual a otro, pierdes tu humanidad, porque ser humanos y ser libres es lo mismo. Por lo tanto, cuanto menos libres somos de decidir quiénes somos, o cómo vivir, o qué idioma hablar, vamos perdiendo nuestra identidad hasta el punto de no saber quiénes somos en realidad. La «identidad» abarca para Hannah Arendt todo lo que somos como personas. Va desde qué nos gusta comer hasta la música que preferimos. Es así porque lo que somos viene determinado por la época en la que vivimos, el lugar, la lengua y las costumbres. El término humanidad para Arendt es más que aquella frase que nos viene definiendo desde la antigüedad y que conocemos de la mano de Aristóteles: «el hombre es un animal racional». Ella acude a una conciencia colectiva, al conjunto de tradiciones y referentes culturales que comparte un pueblo. Es esto lo que pierden los refugiados, es esto a lo que se refiere Arendt con «humanidad» e «identidad». Los refugiados se encuentran ante una sensación de vacío existencial que les abruma y es por eso que intentan encajar aprendiendo las costumbres de los nuevos lugares haciéndolos suyos, creándose así una situación que hace que se pregunten quiénes son, sin poder volver a casa y sin encajar del todo nunca.

Arendt escribió este libro con la esperanza de contribuir a que la situación de los refugiados fuera mejor, pero los estados siguen discriminándolos y rechazándolos, los campos de refugiados se multiplican y miles de personas se encuentran atrapadas y hacinadas en medio de ninguna parte, quedando patente que parecemos olvidar que son, ante todo, seres humanos.

Hannah Arendt y los derechos humanos

Nosotros, refugiados. / L. O.

Nosotros, refugiados

  • Editorial: Altamarea
  • Traducción: Lidia Suárez Armaroli
  • Precio: 11,30 €