Novela

Paul Auster: Defendiendo la vida

«Vivir con miedo al dolor es negarse a vivir», dice Baumgartner el protagonista de su nueva novela, que cuenta cómo envejecer con dignidad y cómo el amor es posible en cualquier etapa de la vida

Paul Auster.

Paul Auster. / L. O.

Paul Auster, uno de los más grandes escritores vivos de Estados Unidos, ha recorrido una carrera histórica como novelista, poeta, dramaturgo o ensayista que va desde la excepcional ‘La trilogía de Nueva York’ a la consecución del Premio Man Booker, con su monumental ‘1,2,3,4’. Ahora, a los 76 años se ve golpeado por un cáncer que amenaza su futuro. Pero hay una resistencia que surge de su lucha vitalista por la superación y la supervivencia y de esa resistencia es hija su última novela ‘Baumgartner’, un relato significativo, pletórico de vitalidad que nos habla de los esfuerzos de un hombre por superar el dolor por la pérdida de su esposa, en una etapa de la vida - los setenta años- en que cuesta mas levantarse que seguir viviendo.

Seymour, Sy Baumgartner es un profesor de filosofía en la Universidad de Princeton de unos 70 años, a punto de jubilarse. Vive solo y está atormentado por la muerte de su esposa en un fatídico accidente diez años atrás , tras 35 años de feliz matrimonio. La vida de Baumgartner ha estado marcada por el amor por su esposa, Anna, quien ha sido una parte integral de su existencia. Ella era Anna, una joven de ojos luminosos que todo lo veían. Cuando se casaron empezó su verdadera vida, hasta nueve años atrás cuando Anna se zambulló en el mar en Cape Cod y una ola le rompió la espalda y la mató. Fue una mujer que se abría paso ella sola y luchaba incansablemente por aquello en lo que creía, una persona impulsiva y exultante que siempre hacía lo que se proponía y no aceptaba una negativa.

La historia se inicia a los diez años de la muerte de Anna, con Baumgartner viviendo solo un día en que todo se le viene abajo por la precipitación de pequeños sucesos casero que le hicieron reflexionar sobre la fragilidad de su situación: se quemó la mano con el cacillo puesto al fuego, se cayó por la escalera del sótano, olvidó llamar a su hermana... Entonces, tras casi diez años, de esforzarse por vivir entre dos estados de ánimo contradictorios y destructivos, comprendió que había metido la pata. Vivir es sentir dolor y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir.

Hasta entonces pensaba que era un muñón humano, un medio hombre que ha perdido una parte de sí mismo y ya no está entero, aunque los miembros perdidos siguen ahí y le siguen doliendo, tanto que a veces tiene la sensación de que su cuerpo esta a punto de consumirse.

No sentía lástima de sí mismo ni se regodeaba en la autocompasión, pero la echaba de menos después de 35 años en común era la única persona a la que había querido y ahora tenía que encontrar el modo de seguir viviendo sin ella.

En los seis meses siguientes a su muerte él vivió en la alucinación; retomó la lectura de los buenos escritos de ella y decidió publicar su poesía que era muy buena. El primer escrito de ella que releyó e fue el titulado Frankie Boyle, sobre su niñez y su primer novio Frankie Boyle que murió al estallarle por error una bomba cuando estaba adiestrándose para ir a Vietnam.

Pasado esos seis meses empezó a intentar vivir de nuevo, volvió a dar clases, escribió varios libros, recuperó las viejas amistades y al cabo de un año de inactividad empezó a perseguir a mujeres cuarentonas. Eran posibles señales de vida que auguran que Baumgartner sigue sintiendo, amando, ansiando, teniendo ganar de vivir, pero en lo más recóndito de su ser sabe que está muerto.

Pero tras aquel día de los accidentes caseros, todo cambió. Poco a poco volvió a tomar las riendas de su vida a sentir gusto por vivir. Decidió jubilarse y dedicarse al placer de vivir. Volvió a enamorarse, Judith era su nombre y volvió ahora, ya sin miedo, a los pasillos de la memoria, a visitar los escritos de Anna, leyó entonces el último escrito autobiográfico escrito un año antes de morir que contaba como él le propuso matrimonio en una azarosa noche de noviembre de 1972.

Auster entremezcla la narración de la inconexa vida cotidiana de Baumgartner con la introducción de textos sacados de los manuscritos inéditos de su esposa y de otros escritos por él mismo, como el que relata su viaje al pueblo ucraniano de Ivano-Frankivsk, donde había nacido su abuelo materno. Los mejores momentos de la novela están en estos textos, donde Auster vuela con su prodigiosa imaginación.

Baumgartner es una novela intensamente satisfactoria, que, pese a su aire crepuscular, está dotada de un suave encanto, gracias a su tono entrañablemente conmovedor.

Defendiendo la vida

Defendiendo la vida. / L. O.

Baumgartner

  • Editorial: Seix Barral
  • Traducción: Benito Gómez Ibáñez
  • Precio: 20,90 €