Relatos

Gueorgui Gospodínov, una voz original para un conjunto de soberbios relatos cortos

Gueorgui Gospodínov

Gueorgui Gospodínov / L. O.

La historia de la literatura búlgara no se ha diferenciado mucho de la de otras naciones de su entorno. Casi quinientos años de un opresivo dominio otomano que no permitía aperturas de fronteras culturales. Luego, a partir del siglo XX vino la lucha por superar el aislamiento cultural y el provincianismo, por ser parte de Europa moldeó el curso de la literatura búlgara durante la mayor parte de su historia moderna. Esta carrera por alcanzar la moderrnidad literaria volvió a quedar interrumpida tras la Segunda Guerra Mundial con la llegada de otro colonizador cultural, esta vez portando una hoz y un martillo en lugar de la antigua media luna. El fin, a finales del siglo XX, del sueño estalinista, liberó a los países del este europeo y permitió el florecimientos en Polonia, República Checa, Albania, Yugoslavia o Hungría de una literatura hasta entonces subyacente que mira desde la misma altura que la literatura occidental. Bulgaria quedó rezagada en esta carrera y hasta hace poco seguía siendo una tierra desértica en lo literario.

Pero la renovación literaria búlgara también llegó con una pequeña pléyade de artistas como Tania Boleva-Malo, Tsvetanka Elénkova, Yordán Radíchkov, y de manera singular y excepcional con Gueorgui Gospodínov, el autor que ha puesto la literatura búlgara a la altura de las grandes narrativas europeas y americanas.

Dueño de una imaginación portentosa y un lenguaje prodigioso y distinto, sus novelas y relatos alcanzan la categoría de sobresalientes a tenor de los premios recibidos, a la cabeza el Premio Booker Internacional con su soberbia ‘Las Tempéstalidas’. Con Olga Tokarczuk, Mircea Cartarescu, Liudmila Ulítskaia, Goran Petrovi, (fallecido) o Maxim Ósipov, forma la vanguardia de la renovación de la literatura de la Europa oriental.

Tras el éxito de ‘Las Tempestalidas’ o antes de ‘Física de la tristeza’, cabe ahora la recuperación de anteriores escritos que se hace necesario descubrir. 

Es el caso de ‘Acerca del robo de historias y otros relatos’ que, como alude el título, es una colección de relato cortos, algunos muy cortos, que vienen a descubrirnos el mágico universo literario de este escritor, su extraordinario poder imaginativo, y su traslación a un lenguaje atractivo, que llama poderosamente la atención por su realismo descarnado y por su capacidad de impresionar al lector con sus maravillosas sorpresas y giros imaginativos. 

Estas pequeñas historias nos descubren que Gospodínov es un escritor preocupado e interesado con los comienzos y los finales, especialmente los finales, muchos de ellos tan sorprendentes que dejan al lector estupefacto o conmocionado por los mismos. Hay también otras cuestiones como el tiempo en su relación tanto con el futuro como con el pasado; la imaginación o la memoria, que son elementos motores de estos relatos. Las huellas dactilares de la pasada experiencia comunista se revelan una y otra vez, como en ‘Historia con estación’ donde un grupo de desventurados búlgaros que queda encerrado en un baño público de una estación alemana, sin saber que estos funcionan con moneda y luego ocurre lo que ocurre.  

Nos habla también con ligera ironía que mitiga la desesperación ante una fatídica falta de comunicación, con la historia de un abuelo revisor de tren que una noche le habló durante horas en búlgaro a un señor que le escuchaba atentamente sin entender nada porque era húngaro. La historia se repitió en su nieto que se la contó a la bella señorita que viajaba a su lado y que tras escucharlo atentamente le reveló su condición de inglesa. Va a ser que justo las personas que no hablan el mismo idioma son las que mejor se entienden, conclye Gospodínov.

No hay entre los veintiún relatos de ‘Acerca del robo de historias y otros relatos’ ninguno que desmerezca o baje el tono del resto, pero si hay varios que sobresalen. El que más ‘Peonías y nomeolvides’, la historia de un hombre anónimo que «rondaba los treintaipocos» y una chica anónima con «los veintimuchos» que se encuentran en un aeropuerto para entregar un paquete y se enamoran instantáneamente. Esta es una hermosa historia que en tres páginas captura la falta de palabras al conocer por primera vez a un «alma gemela», el deseo de envejecer juntos, el conocimiento del destino o de un futuro predeterminado. El escenario está preparado para que usted sea sacudido cada par de páginas y sobre todo con un final sorprendente e inimaginable. Genial.

En ‘El hombre de los muchos nombres’ nuestro hombre elegía sus nombres en función de lo que hacía. Su nombre de nacimiento parecía ser Gaustín, los del lugar lo rebautizaron como Gosho el Centro, por donde siempre paseaba. Sabía todo lo que se había escrito en griego y latín. Era célebre por sus coloquios. Luego, los días de mercado su nombre era Sócrates, pero cuando escribía era Platón, y cuando pescaba en el río decía llamarse Heráclito; en Nochevieja era Diado Mraz o Papá Noel.

Tremendamente brutal y trágica la historia de ‘Vaysha la Ciega’ que con su ojo izquierdo sólo podía ver hacia atrás , hacia el pasado, y con el derecho únicamente lo que iba a ocurrir en el futuro. Y aunque tenía ambos ojos abiertos, Vaysha era como si estuviera ciega. Todo el mundo la llamaba Vaysha la Ciega. Vaysha creció y se convirtió en una hermosa joven. Su ojo izquierdo marrón y el derecho verde realzaban su belleza.La solución era arrobarle la vista, pero nadie la encontró y la tragedia de Vaysha quedó ahí .

Puro fragor poético el monólogo del alma de un cerdo recién degollado para Navidad, en ‘El alma navideña de un cerdo’. Viendo como el matarife y sus ayudantes y el tipo que le ha engordado disfrutan con una jarra de vino piensa que no creyó que una muerte pudiera causar tanto gozo. Escucha a los hombres la historia del paraíso y Adán y Eva y piensa que el paraíso solo esté reservado a los animales, de lo contrario habría demasiadas matanzas y demasiada sangre.

Todo lo inusual o lo inesperado está en estas historias de Gospodinov que al brillar con luz propia encienden la mente del lector y la iluminan de manera perdurable. Es literatura sin adjetivos.

Gueorgui Gospodínov

Portada del libro de Gueorgui Gospodínov. / L. O.

Gueorgui Gospodínov

  • Acerca del robo de historias y otros relatos
  • Editorial: Impedimenta
  • Traducción: María Vútova
  • Precio: 19,50 euros