­La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha elaborado un plan de mejora de las áreas de urgencias hospitalarias, cuyas medidas estarán operativas en octubre y que incluye entre sus objetivos mejorar los tiempos de atención a los pacientes y reducir esperas innecesarias. Se pretende que la clasificación en urgencia no supere los cinco minutos y que los pacientes que precisen hospitalización no superen las 24 horas en observación.

Así lo explicó ayer la titular de este departamento, María José Sánchez Rubio, en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Gobierno, al que presentó este plan que da cumplimiento al compromiso asumido por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el Parlamento el pasado mes de enero. El plan será sometido a una evaluación continua una vez que esté en marcha.

El objetivo es hacer frente a las «situaciones de aglomeraciones» registradas en las salas de espera en «repuntes de alta frecuentación» de las urgencias y «mejorar la intimidad» de los pacientes y la información y la comunicación con familiares y acompañantes.

Entre otras medidas concretas, el plan pretende que la clasificación en urgencia no supere los cinco minutos; que los pacientes que precisen hospitalización no superen las 24 horas en observación, y que las altas hospitalarias se produzcan antes de las diez de la mañana para favorecer la entrada de nuevos pacientes.

El plan recoge una serie de disposiciones organizativas, asistenciales, de recursos humanos y de reestructuración de espacios físicos para mejorar la atención, reducir los tiempos de asistencia y dar una respuesta integral a los usuarios.

Nuevo método de clasificación Uno de los objetivos principales es fijar en cinco minutos el tiempo máximo entre la entrada del paciente en urgencias y el inicio de la clasificación o triaje para determinar la gravedad de su problema de salud. Para lograrlo, se extenderá a todos los hospitales el sistema estructurado de triaje denominado Manchester modificado, ya implantado en el 85 por ciento de los centros, que mejora la objetividad en la priorización de la asistencia.

Los profesionales de urgencias recibirán formación específica para manejar este procedimiento, que clasifica los casos en cinco niveles de prioridad y determina unos tiempos de atención para cada uno. El nivel 1 es de atención inmediata; el nivel 2, muy urgente; el 3, urgente; el 4 normal, y el 5 no urgente. En función de este modelo, los hospitales contarán con tres espacios diferenciados para pacientes críticos; urgentes y muy urgentes, y consultas de visita rápida de usuarios con prioridad normal y no urgente.

Asimismo, el plan prevé la puesta en marcha de consultas de prácticas avanzadas de enfermería para pacientes de nivel 5 y zonas asistenciales para traumatológicos, pediátricos y mujeres con patología obstétrica-ginecológica. Los centros planificarán los espacios teniendo en cuenta los picos de mayor frecuentación para evitar la acumulación de usuarios en espera.

Recursos humanos En el capítulo de recursos humanos se prevé una redistribución de profesionales en función de la carga de trabajo por puesto y turno. Esta medida se sumará al denominado Plan de Alta Frecuentación, que el SAS desarrolla en periodos de mayor demanda a través de la contratación de profesionales para hacer frente a los picos (más de 250 incorporaciones en el último invierno).

El plan se pondrá en marcha de forma progresiva, aunque la mayor parte de las medidas estarán operativas antes del mes de octubre. Actualmente está finalizando el análisis de las propuestas realizadas por el grupo de expertos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para hacerlas efectivas en numerosos hospitales andaluces, entre ellos el Hospital Regional y el Virgen de la Victoria de Málaga.