El arranque de la temporada turística vuelve a dar un respiro a la provincia. Por quinto mes consecutivo, y confiada casi en exclusiva al sector servicios, Málaga registra una mejora en sus alicaídos balances de empleo. En este caso, correspondiente a julio, y con una bajada del 2,01 por ciento que deja el conjunto global de desempleados en 185.962. Una cifra que, si bien sigue siendo alta, refleja una tendencia positiva, aunque, eso sí, con un predominio cada vez más abultado de los contratos eventuales y a tiempo parcial.

Los datos dados a conocer ayer por el Gobierno describen una coyuntura económica que se pliega con precisión al rumbo del turismo y de la hostelería. Ambas actividades son responsables en gran medida de los nuevos puestos de trabajo, que permiten a Málaga encarar el futuro con mayores dosis de optimismo que en el pasado ejercicio. Respecto a la marca de julio, son ya 10.868 parados menos, lo que se traduce en un descenso acumulado de 5,52 puntos.

Comparado con los tormentos iniciales de la crisis, el panorama que se abre para la provincia resulta indudablemente alentador, aunque eso no exime al análisis de la concurrencia de variables negativas. A la alta tasa de temporalidad, que ya se eleva al 93,51 por ciento, se une un nuevo desfallecimiento de la población activa; personas, en suma, que han desaparecido de la listas de demandantes de empleo, bien por la vía de la emigración o como consecuencia del desánimo en la búsqueda.

Con el turismo como motor, la provincia concluyó el mes embutida en su condición de ser una de los pocas zonas de Andalucía que ya se permite reducir el volumen global de parados. La bajada mensual fue de 3.807 inscritos, lo que se traduce, tras Cádiz, en el mejor resultado de la región y el cuarto del país en términos brutos. En julio se efectuaron 58.406 contratos, de los cuales 55.071 fueron temporales. Y, además, con una bipolaridad, en lo que respecta al modelo de empleo, que no parece dispuesta a amilanarse en lo que resta de verano. De hecho, en los siete primeros meses del año, los trabajos temporales han aumentado un 2,4 por ciento, mientras que los indefinidos han descendido la friolera de 25,99 puntos. O dicho de otro modo, el empleo que se crea es mayoritariamente a tiempo parcial y estable el que se destruye.

La afiliación a la Seguridad Social, por su parte, ofrece una lectura de tono bastante distinto. El número de altas se eleva a 522.335, con un incremento que en los últimos siete meses alcanza el 3,75 por ciento. Principalmente, por la influencia de los servicios, que es a su vez el sector que más paro aglutina -116.256 por 28.841 de la construcción, aunque en evolución favorable y con mucha más capacidad para generar puestos de trabajo-.

Entre los aspectos preocupantes, destaca el alto índice de parados de larga duración y de jóvenes menores de 25 años apuntados a la listas como solicitantes de empleo -más de 18.000-. En el cómputo general de Málaga, por otro lado, sigue habiendo más mujeres que hombres pendientes de acceder al mercado laboral -97.638 frente a 88.324-.

A pesar de la bajada de la tasa, Málaga sigue siendo la quinta provincia del país con más desempleados. Los sindicatos UGT y CCOO, representados en la provincia por Auxiliadora Jiménez y Antonio Herrera, respectivamente, tildaron de «moderada» y «agridulce» esta nueva oleada de cifras. Especialmente, por la cuota de temporalidad. El PP considera que el aumento del empleo constata la buena dirección de las medidas adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy y asegura que la recuperación está cada vez más cerca.

Andalucía mejora sus datos gracias a la costa Andalucía agotó el pasado mes de julio con resultados poco homogéneos y un volumen total de 1.019.499 parados, lo que significa un 0,34 por ciento menos -3.487- que durante el mes anterior. Con una evolución marcada por la fortaleza de las provincias ligadas al turismo, la región se adentró en agosto reforzada por un balance anual que apunta ya a un descenso de 3,01 puntos, aunque con la mismas contraindicaciones que el resto del país en cuanto al tipo y la duración de los contratos. De hecho, la tasa de temporalidad de la comunidad, que, a pesar de la mejora, representa casi una cuarta parte del paro de España, es, incluso, superior a la de Málaga, llegando al 96,31 por ciento. En lo que se refiere a julio, la mayor caída del paro se contabilizó en el sector servicios, que contrasta en su evolución con otros sectores en otro tiempo preponderantes como la construcción o la agricultura. En términos brutos, el mes finalizó con 2,3 millones de contratos. Se trata, tras Galicia y Castilla León, de la comunidad en la que más descendió la cuota de parados, si bien con una marcha desigual -en cuatro provincias el desempleo siguió aumentando- y una bajada en las afiliaciones a la Seguridad Social.