Prostitución

Aumenta la prostitución en Málaga y se traslada a pisos de alquiler turístico y hoteles

Muchas mujeres que se encontraban trabajando con personas mayores o limpiando domicilios han perdido su trabajo por la pandemia y se han visto abocadas a volver a ejercer este oficio

El número de mujeres que ejercen la prostitución ha crecido en Málaga.

El número de mujeres que ejercen la prostitución ha crecido en Málaga. / RICARDO MALDONADO/EFE

El número de mujeres que ejercen la prostitución en Málaga está aumentando durante la pandemia. Incluso durante el confinamiento, la prostitución en la ciudad siguió ascendiendo y asociaciones como Mujer Emancipada advierten de un incremento de hasta un 40% con respecto a 2019.

España es el tercer país que más prostitución consume. La crisis sanitaria y económica de la Covid-19, lejos de afectar a esta actividad, ha provocado un aumento del número de mujeres que ejercen este oficio. Las consecuencias derivadas de esta pandemia han obligado a muchas de ellas a seguir ejerciendo la prostitución para poder hacer frente al pago de alquileres, recibos y gastos diarios, explican desde Mujer Emancipada: «Para ellas, el acceso a recursos o ayudas económicas está mucho más limitado, sobre todo para aquellos perfiles cuya situación administrativa es irregular. El único medio económico que tienen es seguir ejerciendo la prostitución», indica Remedios Trujillo, trabajadora de la entidad.

Asimismo, se ha observado durante estos últimos meses cómo mujeres que habían encontrado un puesto de trabajo y habían dejado de ejercer, con la crisis de la Covid-19 han perdido su empleo y se han visto abocadas a volver a las calles. Muchas de ellas, señalan desde Mujer Emancipada, se encontraban trabajando con personas mayores o vulnerables, trabajos que durante el confinamiento prácticamente desaparecieron. «Hay tipos de trabajos que han salido muy perjudicados. Si tienen que pagar el alquiler y los gastos diarios, o si tienen que mandar dinero a su país mensualmente, han vuelto a recurrir de nuevo al ejercicio de la prostitución», afirma Remedios Trujillo.

En este sentido, la asociación revela que muchas de estas mujeres siguieron ejerciendo la prostitución durante el confinamiento y el estado de alarma. Incluso, apuntan, a pesar del toque de queda: «Hicieron un cambio de horario, en lugar de empezar a las 20.00 horas lo hacían antes para terminar para el toque de queda pero muchas de ellas nos han dicho que seguían trabajando aún con el toque de queda».

Pese al aumento de este oficio, la reconversión que ha experimentado esta práctica, también propiciada por la pandemia, dificulta la detección y la atención a mujeres en situación de prostitución. «Las redes se han reorganizado para meterlas en clubes, hoteles o pisos de alquiler turístico para que sigan ejerciendo la prostitución», revela Belén Doblas. La responsable del proyecto de ‘Atención a mujeres víctimas de trata y prostitución’ de Cruz Roja Española en Málaga explica que el modelo de ejercer la prostitución ha cambiado y que ahora «tienen una red de pisos turísticos que alquilan y van moviendo a las mujeres por ellos».

Desde la entidad denuncian que esta nueva tendencia, en la que incluso llegan a anunciarse los servicios por internet, hace que sea mucho más difícil poder acceder a estas mujeres. «Si están en la calle podemos detectar sus necesidades, en los pisos todo es mucho más oscuro, no podemos verlo y nos dificulta muchísimo el poder llegar a atenderlas», explica Doblas.

Para poder afrontar esta nueva realidad, estas asociaciones han tenido que reestructurar su campo de actuación. Desde Cruz Roja se comenzó a atender a estas mujeres a nivel telefónico o con visitas domiciliarias a los pisos o clubes en los que viven. Al mismo tiempo, también se han adaptado para cubrir las necesidades más demandadas durante estos meses. «Los recursos alimentarios, las atenciones sociales en la búsqueda de ayudas económicas o los recursos jurídicos han aumentado bastante en proporción al número de atenciones», explica Remedios Trujillo. Desde Mujer Emancipada confiesan que durante estos meses se han atendido situaciones realmente extremas como varios casos de desahucios durante el confinamiento por impago de alquileres.

Víctimas de trata

Una realidad que no cambia es la necesidad de intervenir en aquellos casos en los que el ejercicio de la prostitución no es voluntario. Desde el proyecto de ‘Atención a mujeres víctima de trata y prostitución’ de Cruz Roja se lleva a cabo un importante dispositivo con el fin de detectar la trata de personas. Así, el operativo comienza con una primera toma de contacto. Los voluntarios de la entidad se desplazan hasta los entornos de prostitución previamente detectados y desarrollan un operativo que se encarga de atender a estas mujeres y proporcionarles comida reparadora y material higiénico y preventivo. A los preservativos, lubricantes o toallitas, en esta nueva normalidad se agrega la entrega de geles hidroalcohólicos y mascarillas.

«Así conseguimos que nos conozcan, que sepan que pueden acudir a nosotros para cualquiera de las necesidades que puedan demandar», apunta Belén Doblas. Si finalmente solicitan ayuda, el equipo llevará a cabo una intervención más especializada para conocer cuáles son sus necesidades y de qué manera cubrirlas. Cobertura de necesidades básicas, apoyo con la alimentación o el empleo, desarrollo de competencias laborales o habilidades sociales son algunas de las líneas en las que trabaja Cruz Roja.

Es durante este proceso cuando el equipo descubre los indicios que podrían determinar si una mujer está siendo o no víctima de trata. «Es muy importante la intervención interdisciplinar entre psicóloga, abogada y trabajadora social», recalca Doblas, ya que cada uno de ellos detectará distintos factores que podrán tener en común un caso de prostitución forzada. «Cuando detectamos un indicio de trata se les ofrece la posibilidad de un recurso de alojamiento en otra ciudad. Les damos su tiempo y su espacio porque en muchos casos se muestran reticentes por miedo. Están manipuladas emocional y psicológicamente», explica esta profesional.

En este sentido, la entidad resalta la importancia de forjar un armamento jurídico en torno a la prostitución y la trata: «Aquí hay muchísima prostitución y detrás de ella muchísimos casos de trata. Las redes aprovechan ese limbo jurídico para poder explotar a las mujeres. Así es muy difícil ofrecerle a las mujeres alternativas para poder salir de esa situación», denuncia Belén Doblas.