Solidaridad

La colaboración público-privada para ayudar a los más desfavorecidos

La Asociación Animación Malacitana lleva 17 años de trabajo en Málaga y en marzo del año pasado tuvo que echarse a la calle para llevar alimentos a ciudadanos y familias sin recursos - Forma parte de ‘Por una Málaga mejor’

Una de las múltiples actividades que lleva a cabo la Asociación Animación Malacitana en su ayuda a los colectivos más desfavorecidos

Una de las múltiples actividades que lleva a cabo la Asociación Animación Malacitana en su ayuda a los colectivos más desfavorecidos / L. O.

La Opinión

Animación Malacitana es un proyecto de carácter asociativo que lleva funcionando como tal desde el año 2004, cuando media docena de personas comprometidas y con inquietudes sociales decidieron unirse para trabajar en la transformación social y en el progreso individual de las personas.

Son ya 17 años de trabajo preferentemente con la infancia y la prevención de la exclusión social. Colabora con el Consejo Infantil del Ayuntamiento de Málaga en actividades en más de 40 colegios de la ciudad; lucha contra el absentismo escolar desde 2007; trabaja como centro lúdico en la Palmilla (Centro 26 de Febrero) y Asperones Fase dos. Es a su vez escuela oficial de tiempo libre con jóvenes y adultos; campamentos rurales; tiene una línea formativa con mujeres y administra los economatos sociales de la Virreina y Campanillas, además, desde la pandemia se ha involucrado en el reparto de alimentos, además de ser uno de los fundadores del colectivo creado durante el año pasado ‘Por una Málaga mejor’, que aglutina a decena y media de asociaciones solidarias de la capital. «Somos unos 40 socios y si sumamos los colaboradores nos vamos a las noventa personas de diferente formación, edad y nivel económico -indica Daniel Fernández Pérez, presidente de la asociación Animación Malagueña- y esa es una de nuestras fortalezas como colectivo: la disparidad de la gente que trabaja con nosotros».

Animación Malacitana tiene dos sedes, una en Campanillas, donde está el economato social, y otra en la Palmilla (en la calle Jane Bowles). Durante la pandemia se tuvieron que movilizar para llevar alimentos a muchos hogares que se vieron arrasados por la crisis sanitaria. «El reparto de alimentos para nosotros es nuevo -comenta Daniel Fernández- tuvimos que echarnos a la calle a repartir comida porque hubo una paralización total de la sociedad. Es en ese momento cuando surge la iniciativa ‘Por una Málaga mejor’. Somos muchas asociaciones, muy diferentes unas de las otras pero estábamos todos en la misma trinchera. Somos un grupo muy heterogéneo pero con las ideas muy, muy claras», añade.

La colaboración público-privada para ayudar a los más desfavorecidos

La colaboración público-privada para ayudar a los más desfavorecidos / L. O.

‘Por una Málaga mejor’ ha servido para implantar una metodología de trabajo entre los servicios sociales del Ayuntamiento y las diferentes asociaciones en aras de configurar que el reparto de alimentos sea un recurso más de los profesionales de los servicios sociales. Cada distrito donde están las diferentes asociaciones ha trabajado de forma coordinada con un trabajador social o una unidad de Trabajo Social de referencia, de este modo se ha dado una rápida respuesta a las familias más necesitadas mientras se diseñaban los planes de intervención y se gestionaba una prestación más sólida. Con estos cauces de comunicación entre las asociaciones y los servicios sociales del Ayuntamiento se han creado procesos de intervención dentro del sistema público de protección. El sistema diseñado lleva funcionando unos meses y de este modo, las entidades han podido «desahogarse» cediendo la logística a los Servicios Sociales del Ayuntamiento. En esa colaboración entre el Consistorio y las asociaciones hay una reunión al mes con las entidades para repasar la metodología adoptada y las derivaciones y donde se estudian las diferentes casuísticas de trabajo. Es un trabajo en red en el que siempre hay un educador y un trabajador social sobre los que pivota el sistema para que no surjan dificultades en el día a día.

Para Fernández, la solidaridad es igual a transformación. «Trabajamos para ayudar y reivindicar. La solidaridad es transformar. Hay que reivindicar para progresar. No hay que quedarse solo con los repartos de comida, hay que acompañar, ayudar en desahucios, en el IMV, etc. así colaboramos a que la población avance».

Fernández expresa su deseo de que el futuro sea más empático, «hay que intentar ser feliz», sentencia. «Los problemas siempre van a existir, de lo que se trata es de ir superándolos. Tenemos que ser más divertidos, sonreír más, la sociedad de hoy no sonríe y este es nuestro mayor problema», concluye.