Esperar el autobús o un accidente

«Cruzamos los dedos para que los coches que pasan a nuestro lado sean pocos y que no vayan muy rápido», confiesa Ana, que trabaja en una empresa del polígono industrial Trévenez.

Es su experiencia diaria como usuaria de la línea 19 de la EMT, cuya parada en este polígono supone un claro riesgo físico para todos los que utilizan el transporte público, pues consiste en un poste en mitad de un descampado al que se accede después de caminar varios metros por el arcén de la carretera de Pizarra, la A-7054, y según cuál sea la dirección de la marcha hay que cruzar la carretera, que carece de iluminación y de pasos de cebra. Y por supuesto, de aceras.

«Es una parada que está fuera del polígono y en estas condiciones. Habrá gente que no se acerque al polígono porque la parada es un horror», recalca Ana, que cuenta que, como el camino es terrizo, en verano está lleno de polvo y en invierno se forma barro. «No puedes traer un calzado normal», destaca.

De opinión parecida es Milagros Ronda, que acude al centro de formación Mlouza, dentro del polígono. «Aquí cualquier día puede ocurrir una desgracia. Me han contado que las trabajadoras de una nave cruzaron por la carretera y que la Guardia Civil las multó, cuando a quien hay que multar es a quien no ha señalizado», subraya.

Milagros Ronda remarca la situación de las mujeres que esperan el autobús: «Cuando en invierno salen a las 6 de la tarde de trabajar, tienen que estar esperando en la carretera largo rato a oscuras porque no hay farolas. Y en verano, a pleno sol, pueden tirarse 40 minutos e inclusive una hora, porque sólo hay dos autobuses, uno de día y otro de vuelta y si uno se avería, apaga y vámonos», lamenta.

También deplora la situación José Antonio Rivas, responsable del centro de formación Mlouza, que explica que ahora mismo están impartiendo cursos a un grupo de alumnos de la ONCE, algunos con discapacidad psíquica. «Lo de la parada es una locura, un peligro», subraya y recalca que el emplazamiento de esta parada, alejada del polígono y en un lugar tan poco seguro, «es un problema latente desde hace tiempo».

A su juicio, «se está viendo que el polígono, con el cambio de la crisis, está masificado y no hay ni donde tomarse una cerveza en el bar de la esquina».

La línea 19, por el polígono

Por este motivo, cree que la solución para la parada sería muy sencilla: «El autobús no perdería ni cinco minutos pasando por el polígono», resalta. En este sentido, propone que la línea 19 entre por la calle Escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda y luego vuelva a bajar, para así dar servicio a las empresas del polígono, entre ellas Seur, Bidafarma, Top Digital y Bancosol.

La concejala de Campanillas, Ruth Sarabia, contestó esta semana que conoce las quejas y aunque es competencia del Consorcio de Transportes, en 2022 está previsto arreglar las dos paradas de la línea 19. La carretera, precisó, ya depende de la Junta.