Crónica de la ciudad

Un foco de atención para nuestra Catedral

Por muchas luces comerciales que reciba en su torre ‘marchita’, el Templo Mayor de Málaga sigue sin ser el foco de atención de nuestros políticos

La Catedral, el pasado sábado sobre las 7 de la tarde.

La Catedral, el pasado sábado sobre las 7 de la tarde. / JUAN JOSÉ BARRIONUEVO

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La iluminación comercial ya producía asombro hacía 90 años, cuando en los estrenos de Hollywood el cielo y las fachadas de los cines se iluminaban con focos que, años después, no desentonarían en la defensa antiaérea durante la II Guerra Mundial.

El estreno de ‘Luces de la ciudad’ de Chaplin, por ejemplo, fue lo más parecido a adelantar la hora hasta las 3 de la tarde.

Los americanos fueron sin duda los pioneros de las luces comerciales, con la meca del cine, Broadway, Time Square y la bombillera ciudad de Las Vegas marcando el ritmo de una época que asociaba la prosperidad al vatio.

El encendido de las luces de Navidad en Málaga, coincidiendo con el arranque de la gran temporada comercial tras el Día de Acción de Gracias, simplemente sigue el signo de los tiempos, que continúa siendo el que marcó Estados Unidos el siglo pasado.

El espectáculo lumínico en la torre ‘marchita’ de la Catedral, paradójicamente, simboliza la desacralización total de la Navidad y los muñequitos de colores que parecen escalar por ella no invitan a pensar, ni por un segundo, en el humilde Nacimiento de Jesús, sino a sacar la tarjeta de crédito... quien pueda.

A más luz, más visitantes y más caja. La fórmula es tan vieja como la bombilla de Edison así que cuesta creer que todavía asombre a algunos malagueños, cuando en casi toda España se lleva a cabo una competición para ver qué Ayuntamiento se gasta más en luces comerciales.

Tanta luz en realidad es una vuelta a la milenaria y pagana celebración del Solsticio de Invierno, con permiso del Portal de Belén, que se ha sustituido por un buen portal online de ventas. Así ocurre en casi toda España y en medio mundo.

Por todo ello, resulta más que simbólica la foto que nos ha enviado un atento lector. En medio del desparrame lumínico de estas fiestas comerciales, la Catedral de Málaga casi parece haber desaparecido de la escena, quién sabe si por un truco de magia de David Copperfield.

Entre la mole del Málaga Palacio y el edificio de la Diputación se abre un hueco negro en el que el Templo Mayor ha hecho mutis por el foro.

Es algo más que una foto anecdótica. Una vez se apaguen las luces de la compraventa, qué bueno sería para la Catedral que un foco iluminara las entendederas de nuestros cargos públicos para que se centraran de una vez en arreglar de forma eficaz y para las próximas generaciones nuestro desmejorado Templo Mayor.

Mientras llegue ese día, por mucho foco que reciba, la Catedral seguirá olvidada y apagada.