Formación online

La academia tecnológica que no cobra al alumno

OpenBootcamp, cofundada por el malagueño Jesús Ortega y el valenciano Álex Torrentí, tiene ya 5.000 usuarios y especializa a 100 profesionales al mes

El empresario Jesús Ortega, cofundador de OpenBootcamp.

El empresario Jesús Ortega, cofundador de OpenBootcamp. / La Opinión

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La búsqueda y captación de talento en el ámbito tecnológico se ha convertido en todo un desafío para las empresas, que desde hace tiempo comentan las dificultades que están encontrando para incorporar a todo el personal que necesita un sector con una altísima demanda de perfiles especializados. Para tratar de cubrir este hueco de mercado ha nacido OpenBootcamp, una iniciativa de formación tecnológica online que ha sido cofundada desde Málaga por el empresario Jesús Ortega y que en sólo seis meses tiene ya a más de 5.000 personas registradas en sus campus online, donde se incluyen tanto jóvenes recién salidos de la FP o de la Universidad como profesionales con experiencia que quieren especializarse en nuevos conocimientos.

Su modelo es novedoso por el hecho de que la formación que reciben los usuarios es gratuita, pasando el cobro de los servicios a las empresas colaboradoras de OpenBootcamp que terminan incorporándolos como desarrolladores.

«OpenBootcamp supone un cambio en el paradigma de formación tradicional y persigue democratizar la especialización, transfiriendo al empleador el coste de la misma. En realidad, pensamos que una iniciativa tan disruptiva como la nuestra tiene incluso un componente social ya que, a diferencias de las iniciativas de formación tradicionales, no cobramos en caso de que no haya empleo para sus alumnos», comenta Ortega, que durante diez años trabajó en el grupo malagueño Ingenia y que ahora se ha lanzado a esta aventura empresarial junto a Álex Torrentí, CEO de OpenBootcamp e Imagina Formación, una firma de origen valenciano que en la última década ha formado a más de 50.000 profesionales.

La formación incluye contenidos en cualquier tecnología de programación; acceso a empleos tanto para perfiles sin experiencia como senior; proyectos reales, prácticas en grupo o en parejas, comunidad de desarrolladores y tutorías. Los usuarios pueden visualizar las clases en tiempo real o a su ritmo, ya que los vídeos quedan subidos a la plataforma. OpenBootcamp dispone de un equipo colaborador de unos 160 docentes, expertos en materia tecnológica, al que irán recurriendo para el desarrollo de las futuras acciones formativas. Un algoritmo mide el nivel de aprendizaje de los alumnos, de forma que identifican cuando están listos para las vacantes de sus empresas colaboradoras.

Actualmente OpenBootcamp cuenta con contenidos de alta calidad y profundidad en los lenguajes clásicos y frameworks más usados como: HTML, CSS, Java, Java Avanzado, .Net, Javascript, PHP, Laravel, Symfony, React, React Native, Phyton o Spring, entre otros. Dentro de su programa formativo está previsto que en la segunda parte de este año se impartan Kotlin, Dart, Vue, MongoDB, Ionic, Spark, Kafka, ElasticSearch y Redis.

Tras los primeros meses de actividad, OpenBootcamp está colocando ya a más de 15 profesionales al mes y las perspectivas a medio plazo pasan por especializar y buscar trabajo a miles de personas al año y superar los 50.000 usuarios en formación continua, retos que se esperan cubrir para finales de 2022.

La firma tiene ya una bolsa de 20 empresas colaboradoras, con multinacionales como Proxya, Seidor, Wellness o Sesame/Art Virtual o pequeñas startups como la malagueña Wains y otras como Oaro ó Tennders. Hay incluso acuerdos con clientes que no son del sector tecnológico como el conocido chef Dani García, quien ha configurado un equipo de developers, o boutiques de software factory como Macrolet Solutions

La firma tiene ya una bolsa de 20 empresas colaboradoras, con multinacionales como Proxya, Seidor o Wellness

Fase de 'aceleración'

Ortega detalla que la demanda de trabajadores por parte de estas empresas podría resumirse en tres modelos: startups que reclaman uno o dos programadores, pymes que necesitan equipos integrados por entre 10 y 15 desarrolladores y grandes consultoras que, directamente, comunican a OpenBootcamp el perfil personalizado de profesional que necesitan para que esta empresa realice esta formación entre los alumnos y pueda facilitarle esos perfiles.

Eso sí, quienes entran en esta fase final de «aceleración» (que incluye exámenes y entrevistas) sí firman en ese momento un contrato con OpenBootcamp en el que si finalmente, con la formación es que han recibido, deciden declinar esas ofertas e irse a otra empresa del ámbito tecnológico, deben pagar 1.500 euros de compensación

«A nosotros nos pagan nuestras empresas colaboradoras por buscarles trabajadores, ellas son las que costean la formación. Sólo en el caso de que una persona que haya entrado en la fase de aceleración se busque luego un trabajo por su cuenta en el sector tecnológico es cuando tendría que abonar esa cantidad», explica. La sede física de OpenBootcamp con los trabajadores que dan apoyo técnico a la plataforma está en Valencia, pero no se descarta abrir una oficina en Málaga a medio plazo.

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