Crónicas de la ciudad

Encerrado en plena exposición del centenario

Como si fuera una versión diurna y malaguita de ‘Noche en el museo’, un malagueño se quedó encerrado en la exposición de los 100 años de la Agrupación

‘Memoria’ conmemora el siglo de la Agrupación de Cofradías de Málaga en el Museo Jesús Castellanos, en San Julián

‘Memoria’ conmemora el siglo de la Agrupación de Cofradías de Málaga en el Museo Jesús Castellanos, en San Julián / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Un libro infantil de los años 90 dio pie a la trilogía de películas ‘Noche en el museo’, en la que el histriónico actor Ben Stiller interpreta a un vigilante que pasa unos turnos de noche moviditos en el Museo de Historia Natural de Nueva York.

Las películas, además de buscar el entretenimiento, están repletas de personajes de la Historia Universal que vuelven a la vida, en un nuevo intento por culturizar al norteamericano medio.

Málaga, disculpen la obviedad, está plagada de museos, aunque nuestros cargos públicos luego lamenten en privado el que los malagueños los visitemos tan poco. De cualquier forma, estaba al caer que cualquier día uno de nuestros paisanos experimentara en sus carnes lo que Ben Stiller en la famosa trilogía.

Le ocurrió a un conocido malagueño, antiguo hombre de trono de Pasión que trabaja en el Centro y que el pasado viernes, hacia las 1.30 de la tarde, se acercó a visitar la flamante exposición sobre el centenario de la Agrupación de Cofradías, en la sede de San Julián.

Dado que la muestra cerraba a las 2, recorrió la exposición en un cuarto de hora. Era el único visitante en ese momento y cuando finalizó el recorrido (era la 1.45) buscó la salida... y se encontró con que el portón estaba cerrado a cal y canto.

Como conocía bien San Julián, buscó una segunda puerta, pero también se la encontró cerrada. Empezó entonces a dar voces, por si la persona a cargo de la entrada se encontraba en el servicio, pero por allí no se oía ni una marcha procesional.

«Allí estaba yo, solo, con los dos antiguos sayones del Resucitado mirándome», comentaba esta semana a esta sección.

Llegó a llamar incluso a dos conocidos cofrades en busca de auxilio, por si contactaban con alguien de la Agrupación, pero en ese momento recogían a sus hijas del colegio y no hubo forma.

«Además, no sabía si la exposición abría por la tarde o no», contaba. Finalmente, decidió buscar la puerta de emergencia pero, consciente de que el lugar estaba plagado de cámaras, alzó las manos hacia ellas para dejar constancia de que no era ningún ladrón fariseo sino una víctima del destino.

A las dos en punto localizó la puerta de emergencia, que da a la plaza de las Cofradías, la empujó... y no se abrió. Tras varios intentos descubrió que algún estratega había colocado justo delante, en el exterior, una gran sombrilla de hostelería. «Tuve que empujar la puerta y mover la sombrilla». Y salió al mundo libre.

Moraleja doble: Cuidado con los museos malaguitas y despejen las puertas de emergencia.

Suscríbete para seguir leyendo