La demanda de eventos privados agota terrazas y salones en los hoteles de lujo

Numerosas empresas y familias han visto cómo la mayoría de los grandes hoteles de la Costa del Sol no les dan opciones para celebrar eventos privados en sus instalaciones en lo que resta de año. «El atasco generado a raíz del Covid» depara esta temporada «bodas en martes, olvidando aquello de que ni te cases ni te embarques», o encuentros corporativos en días no consecutivos. Las cifras de negocio en este segmento están muy por encima de las de 2019 y que ya fueron históricas.

La patronal hotelera reconoce que la falta de personal en hostelería, muy acusada desde esta pasada primavera tras empezar a recuperarse buena parte del turismo internacional, aún se acusa de forma más pronunciada en esos alojamientos especializados en el segmento de los eventos privados. Y en los últimos días incluso se habla de salones y terrazas sin posibilidad de reserva hasta 2023.

En la capital malagueña y ciudades del litoral como Torremolinos, Marbella, Benalmádena, Estepona, Fuengirola o Mijas, la demanda hasta duplica la oferta en cuanto a los hoteles de lujo. Muchos clientes optan por alternativas inéditas al diseñar sus celebraciones familiares o encuentros corporativos. «Han sido tres años en los que no se han podido celebrar con unas garantías sanitarias este tipo de encuentros presenciales, por lo que toda esta temporada estará bajo máximos y con el nuevo año empezarán a normalizarse las elevadas peticiones», relata el vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Javier Hernández.

Para terminar de comprender la ecuación en la que se encuentran los hoteles de lujo, cuando la inflación recupera en algunos parámetros los niveles de hace unos 40 años, tenemos que observar los números del aeropuerto malagueño. En junio, la principal terminal costasoleña recibió 1,9 millones de viajeros, apenas un 7% menos que en el mismo mes de 2019. Y lo más importante, el 84% de los visitantes fue de origen extranjero.

Los directores de estos grandes hoteles malagueños aluden a que la mayoría de los eventos privados son diseñados por esos ciudadanos de las más diversas nacionalidades. «Buscan nuestro clima, la seguridad ciudadana y unos precios todavía muy al alcance de sus bolsillos pese a la inflación. Somos bandera del turismo de eventos, del sector nupcial y en otras vertientes, en mayor grado que en 2019, que ya fue histórico», matiza el gerente de uno de estos establecimientos y que prefiere «ofrecer este análisis sin ejercer de portavoz de su cadena».

Los proveedores de estos alojamientos tampoco proporcionan su identidad, porque prefieren actuar «como marca blanca del propio establecimiento», pero apuntan a un «verano inédito», con algunos fines de semana en los que coinciden en pocos metros a la redonda «más de media docena de bodas internacionales».

«Faltan operarios, por supuesto camareros o personal de sala, y a la vez hemos visto cómo durante la pandemia han cerrado numerosas empresas dedicadas a la instalación o alquiler de iluminación, sonido profesional o decoración y administración de espacios para eventos», apunta una de las grandes compañías del sector con sede en el término municipal fuengiroleño.

En qué se traduce también esa falta de recintos para eventos en muchas localidades costasoleñas, en la ausencia algunos fines de semana de determinados vehículos industriales de alquiler o de servicios de taxi a ciertas horas. Las agrupaciones del transporte de viajeros alegan que hay eventos como nunca en la provincia, guiados por la proliferación de festivales de música o encuentros familiares, por lo que recomiendan diseñar los trayectos con antelación y realizar reservas previas para evitar horas y horas de espera en plena madrugada. Un aviso para navegantes del que tomar en estas semanas muy buena nota.

Suscríbete para seguir leyendo