Obituario

Paco Bóveda, te vamos a echar mucho de menos

Fallece el exconcejal de Málaga y Torremolinos Francisco Bóveda Guerrero a los 73 años

Francisco Bóveda Guerrero

Francisco Bóveda Guerrero

Juan Gaitán

Juan Gaitán

 Hablamos por última vez el día de su cumpleaños, el pasado 15 de julio. Cumplía 73 y cruzamos algunos 'guasap', últimamente era nuestra forma de comunicarnos porque no podía de otra forma. Una de esas veces me lo dijo: “ya no puedo hablar, Juan. Solo puedo escribir y mirar por la ventana, pero es maravilloso poder escribir y mirar por la ventana”.

Así era Francisco Bóveda Guerrero, Paco Bóveda para los amigos, un tipo irreductible, capaz de sentirse afortunado por poder seguir comunicándose con los amigos siquiera fuese por escrito. Vitalista, divertidísimo, simpático… Lo vamos a echar mucho de menos.

Fotógrafo de profesión, heredó de su padre un portalillo en la Plaza Costa del Sol, en su Torremolinos natal, donde cuando todavía el mundo era analógico vendían carretes de fotos, se encargaban revelado… Tuvo un hermano gemelo, Vicente, que murió a finales de los años 80 del siglo pasado en un accidente de tráfico en la CN 340, ahora A7.

Es un dato poco conocido que en su juventud fue una promesa en el atletismo de larga distancia. Más conocida fue su actividad política. Edil en el Ayuntamiento de Málaga por el PSOE, uno de los hombres de confianza de Pedro Aparicio, fue concejal delegado de Turismo. Cuando Torremolinos se segregó como municipio permaneció como concejal de Málaga lo que restó de legislatura y luego concurrió en las listas socialistas por su pueblo natal, con Miguel Escalona como cabeza de lista.

Hace muchos años que había dejado la primera línea política pero seguía manteniendo el espíritu crítico que siempre le definió. Era asiduo en la sección de “Cartas al director” de varios periódicos, donde dejaba siempre su visión sobre la actualidad, tanto local como nacional.

Paco fue siempre un rebelde, un librepensador. Me lo dijo en uno de los últimos mensajes que cruzamos: “Puedo leer (hasta sin gafas). Las tiré. No paro de reírme porque las necesito. Ya veremos cuánto. Necesario es respirar. Me he convertido en un anacoreta rebelde”.

Te echaré de menos, Paco, querido amigo que ya estás en el oriente eterno donde espero volver a abrazarte.