La subida de los precios, provocada por los efectos de la guerra de Ucrania, influye no solo a la hora de hacer la compra en el supermercado o de echar gasolina, sino también en nuestro tiempo de ocio. En Málaga, los restaurantes no han alcanzado los beneficios que esperaban durante el mes de agosto, y la facturación aún se encuentra por debajo de la los meses de verano de 2019, antes de la pandemia.
Según los empresarios del sector, ahora los consumidores están más pendientes de sus bolsillos. Precisamente, la Asociación Malagueña de Hosteleros (MAHOS) razona que la inflación es la que está detrás de esta situación, que dicen afecta tanto a los consumidores como a los dueños de los negocios.
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"Estamos hablando de que el IPC está en torno a un 10,8% (...) y la hostelería está subiendo en torno a un 5,1% y por tanto obviamente no estamos recuperando todo lo que deberíamos ni estamos ganando los beneficios de 2019", justifica Javier Frutos, presidente de MAHOS.
La inflación, dice, se ha notado sobre todo en las materias primas y en el suministro eléctrico: "La hemos visto en la luz. También, con la guerra de Ucrania, el girasol que para nosotros es un producto muy importante. Te está subiendo prácticamente toda la materia prima".
Afrontar los gastos se hace complicado según los hosteleros, teniendo en cuenta que, como afirma el presidente de MAHOS, "no son unos precios acordes con la realidad que estamos viviendo a día de hoy". Actualmente, y según los datos más recientes, la inflación en el combustible en Málaga es del 34,1%. Por su parte, en los alimentos y bebidas no alcohólicas los precios han subido un 14% en la provincia.
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Los precios de las cartas
A pesar de que la asociación que representa a la hostelería justifica que "los empresarios hosteleros están asumiendo gran parte de esa subida de precios", las cartas, en muchos casos están 'tratándose de ajustar' a los nuevos gastos, lo que puede condicionar a los clientes a la hora de consumir. Según una encuesta de la aplicación de reservas 'The Fork', el 70% de los restaurantes de España aumentó, en junio, sus precios.
Cristián es el encargado del restaurante Pampa Grill en Málaga: "El tema de la luz ha sido un condicionante importante, teniendo en cuenta que un restaurante como este que está abierto casi 12 horas con aire acondicionado, con neveras, es mucho gasto de electricidad (...). Pero tampoco se pueden aumentar los precios lo que aumentó la inflación".
El hecho de que los consumidores gasten menos dinero en comer fuera de casa también lo ha notado Raúl, el encargado de Terra Mía, una pizzería del centro histórico. Él explica que en su establecimiento, elegido sobre todo por los turistas extranjeros, la mayoría de los comensales opta por compartir y reducir así la cuenta: "Ya si tú tienes una mesa de cuatro, en vez de cada uno elegir un plato, eligen dos bebidas y dos pizzas, lo comparten todo", sostiene el trabajador.
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Es por eso que ahora la media de cubierto que tienen es de 14 euros, lo que califica como "poco": "En el 2019 era muchísimo más, ahora nos cuesta más subir la caja", señala el encargado de Terra Mia.
Otra de las estrategias de los comensales para seguir saliendo, más ahora en verano, es de la de buscar establecimientos con precios más reducidos. Así lo constata el estudio de 'The Fork', en el que se recoge que cuatro de cada diez usuarios aseguran que seguirán saliendo a cenar con la misma frecuencia que antes de la escalada de precios pero que, de ellos, tres buscará precios más ajustados.
Esta evidencia la señala también el encargado de la pizzería Terra Mia: "La gente dice 'con esto vamos bien' y en realidad se pueden quedar con hambre. Prefieren ir a un sitio de calidad como este y luego ir a picar algo más en otro sitio".
Incertidumbre y esperanza en septiembre
A pesar de la situación del sector, muchos de los empresarios se alegran de haber podido trabajar mejor que en los años de la pandemia. El presidente de MAHOS, Javier Frutos, sostiene que están "contentos porque se ha recuperado la normalidad, poco a poco estamos en línea ascendente" y añade: "A ver si olvidamos la pandemia".
De cara al mes de septiembre, los hosteleros están esperanzados aunque sufren la incertidumbre de ver qué acaba pasando con el inicio de una posible recesión económica, tal y como lo afirma Frutos: "La incertidumbre de lo que se dice que pueda pasar en otoño con esta desaceleración, a ver cómo puede afectar".
Por su parte, Cristián, el encargado del asador argentino Pampa Grill dice afrontar el nuevo mes "con más esperanzas: "Esperamos que venga más turismo".